Actualizado 07/05/2009 14:00

Rafael Torres.- Al margen.- ¿Saliendo?.

MADRID, 7 May. (OTR/PRESS) -

¿Estamos saliendo de la crisis? De lo que estamos saliendo es del invierno, que es una cosa que mueve siempre al optimismo. Sin embargo, medios de comunicación y empresas demoscópicas insisten en formular la pregunta en esos términos: ¿Estamos saliendo de la crisis?

La mitad de los que responden pertenecen al número de los que no padecen crisis ninguna, pues conservan su empleo, sus ingresos y su patrimonio, pero como lo llevan en secreto, responden con mucha circunspección que sí o que no, depende. La otra mitad, compuesta por verdaderas víctimas de la terrible revolución de los ricos que les ha llevado a la desesperación, a la morosidad, al desahucio, a los lunes al sol y a la ruina, suelen responder, como es natural, que no. Para éstos ciudadanos, un indicador en apariencia positivo como el que señala que en el mes de abril se fueron al paro menos trabajadores que en marzo, tiene sólo una interpretación, descarnadamente lúcida por cierto: cada vez va quedando menos gente que despedir.

Porque aunque la propaganda se emperre en lo contrario, lo cierto es que esas víctimas de la crisis, y no digamos si tienen más de cincuenta años, no es probable que salgan de ella jamás: ingresarán en la sentina social de los sacrificados para que, cuando el mercado decida, el resto pueda volver a gozar de lo suplerfuo.

En esta espantosa "limpieza de corrales", hay ricos (en España la mayoría de los empresarios no merecen ese nombre, sino el de ricos a secas) que claman por el abaratamiento de los despidos, como si, a juzgar por los miles que se ejecutan cada día, estuvieran caros. Sin dinero la vida es muy dura, la comida mala, los colegios horribles, la sanidad como de beneficencia, el trato espantoso, Hacienda despiadada, y los ricos de siempre han decidido acaparar cuanto puedan por si algún día les llega la crisis, una crisis como ésta que han provocado, a ellos. Si sobra algún euro, será para los muy silentes, para los muy domésticos, para los muy afectos, para los muy becarios eternos. ¿Saliendo, o entrando en eso?