Actualizado 13/04/2007 02:00

Ramón Pi.- Desde la libertad.- Definición indefinida

MADRID 13 Abr. (OTR/PRESS) -

En estas antevísperas de las elecciones autonómicas de Navarra hay un gran interrogante de fondo, uno solo, que arrasa y eclipsa a todo lo demás: ¿Qué clase de Gobierno foral se podrá constituir después de las urnas? La cuestión es básica, incluso podríamos decir que en cierto sentido pre-política, porque si pudiera formarse una mayoría parlamentaria con partidos favorables a la integración de Navarra en la Comunidad autónoma vasca, la crisis estaría servida.

Se sabe que Unión del Pueblo Navarro (UPN) es decididamente contraria a dar el primer paso, por inocuo o inocente que pueda parecer, en esa dirección; se cree saber también que Convergencia de Demócratas Navarros (CDN) estaría en la misma posición, si con ello pudiera participar en el Gobierno con UPN. Se sabe igualmente que Nafarroa Bai está alineada con las tesis nacionalistas -y anexionistas- vascas, al igual que todos los demás partidos con alguna posibilidad de obtener algún escaño.

Lo que se ignora por completo es la posición del PSOE del viejo Reino. Fernando Puras, máximo dirigente del PSN y candidato socialista a presidir el Gobierno foral, se escabulle sistemáticamente cuando le preguntan por este asunto, que es siempre que le ponen un micrófono delante de la boca. Lo último que acaba de decir es que el PSN es partidario "de la convivencia". Otro regate en corto para escaparse de tener que definirse.

La actitud de Puras me recuerda lo que decía el profesor Maurice Duverger (socialista, por cierto, o sea que grato a Puras), acerca de la derecha y la izquierda: "Cuando un partido dice que es de centro, es que es de derecha"; y también: "Cuando un partido dice que no es de derecha ni de izquierda, es de extrema derecha". Si hacemos una transposición al caso actual navarro, podríamos decir que si Fernando Puras dice que es partidario de la convivencia es que es partidario de la anexión. Y si alguien -como Puras ahora- no quiere contestar sí o no a la anexión, quiere decir que sí, siempre que eso signifique tocar poder.

Es sólo un aviso de navegantes. Las cosas no están tan indefinidas como nos quieren hacer creer.

Ramón Pi.

ramon.pi@sistelcom.com

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