Ramón Pi.- Desde la libertad.- No todos son iguales

MADRID 20 Jul. (OTR/PRESS) -

En ésta la más larga campaña que vieron los siglos (aunque doña Esperanza sostiene que las campañas empiezan al día siguiente de las elecciones) la parroquia se ve sometida a la ducha escocesa de noticias, propuestas, promesas y tonterías que cada partido administra para lograr el mayor efecto mediático posible. Así, por ejemplo, el presidente del Partido Popular propuso en Intereconomía TV la modificación de la Ley Electoral para evitar que partidos microscópicos se hagan los dueños de la finca desplazando a los que se quedaron a las mismas puertas de la mayoría absoluta. Su propuesta de que los que obtengan un 40 por ciento de los votos deben gobernar, y los que obtengan menos del 30 por ciento no puedan hacerlo es altamente polémica, necesita un estudio técnico bastante complicado y lo más probable es que no salga, pero eso es lo de menos; Rajoy ha logrado meter en el debate público lo que clamorosamente indigna a la mayoría del electorado, porque lo que está ocurriendo con las coaliciones de perdedores es absolutamente escandaloso y fraudulento, aunque sea legal.

A las pocas horas, el PSOE soltó a las Juventudes de su partido para presentar su XXIII congreso con una ponencia política de 95 párrafos (no confundir con 95 propuestas) y un vídeo de dibujos animados contra el PP. Entre las peticiones a los mayores, los medios han destacado que la mayoría de edad se rebaje hasta los 16 años, que se autorice legalmente la eutanasia o el suicidio asistido, y algunos otros puntos típicos de la corrección política como la libertad sexual y cosas así. El segundo representa un partido de rugby bastante pueril, con un equipo bueno que se llama "New Reds" y otro malo que llena el cielo de zepelines con eslóganes reaccionarios. Ganan los "New Reds", claro, y pinchan los zepelines a balonazos. No se trata en este caso de hacer pensar, ni de debatir nada, sino de obtener minutos de televisión y radio, y líneas en los periódicos.

Dicen que todos los partidos son iguales. A mí me parece que no. Y me parece, además, que los que promueven la idea de que todos los partidos son iguales suelen ser precisamente los más propensos a engañar y los que tienen más que ocultar. Pero, en fin, en campaña electoral ya se sabe que cuentan tanto las emociones como la razón. Recordemos el 14-M, por ejemplo.

Ramón Pi.