MADRID 1 Jun. (OTR/PRESS) -
Mariano Rajoy preguntó en el Congreso formal y expresamente al presidente del Gobierno cuál era su criterio acerca de la posible coalición del PSOE de Navarra con Nafarroa Bai, de tendencia abiertamente partidaria de la vasquización de Navarra. Rodríguez Zapatero, como es habitual en él, no contestó, y aprovechó para criticar al Partido Popular. Y, también según suele, obsequió a la parroquia con otra de sus trolas, que por su grosor parece inverosímil que no lo hagan enrojecer: afirmó enfáticamente que el PSOE de Navarra tiene principios, y que actuará según esos principios.
Al oír sus palabras me quedé pasmado. ¿Principios? ¡Pero si lo que caracteriza al PSOE de Navarra, de forma muy, pero muy, destacada, es su completa ausencia de principios! El PSOE de Navarra nació precisamente como resultado de la falta de principios. El PSOE de Navarra no existía en la Transición, sino que era una federación del PSE, Partido Socialista de Euskadi. Su secretario general, el tafallés Carlos Solchaga, andaba manifestándose por las calles de Navarra al grito de 'Nafarroa Euskadi da' (Navarra es Euskadi), hasta que los sucesivos revolcones electorales movieron a la dirección a aparentar una navarridad de la que habían abominado hasta darse cuenta de que así no se comían un colín del dinero público. Y cuando llegaron a tocar poder en las instituciones forales, la rebatiña del trinque sin contemplaciones fue uno de los escándalos de corrupción más sonados de todo el felipato: algunos socialistas navarros del máximo relieve acabaron en la cárcel, otros tuvieron que irse a su casa al descubrirse sus manejos económicos. Un desastre. Una exhibición clamorosa de falta completa de cualquier cosa que vagamente recordase a algo relacionado con los principios.
Tras el pasmo, la siguiente sensación fue la melancolía, porque me pregunté, y me pregunto, a mí mismo: ¿Cuánto tiempo seguirá Rodríguez mintiendo, en vista de que nadie le pasa la factura que debería exigírsele en una democracia digna de este nombre? ¿Habrá vuelto el PSOE al marxismo, pero esta vez en versión Groucho, autor de esta frase memorable: 'Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros'?
Ramón Pi