MADRID, 22 Nov. (OTR/PRESS) -
Los españoles han castigado al PSOE de Rodríguez Zapatero con la peor derrota de su historia en democracia. No había voto oculto, no había pudor de reconocer que se iba a votar a Rubalcaba, no. Las encuestas han acertado plenamente. Los españoles de izquierdas han preferido votar a cualquier fuerza, aún arriesgándose a que esta se quedara fuera del Parlamento, antes que volver a confiar en los socialistas.
El Congreso va a ser una cámara multicolor, más complicada de gobernar, y donde la única presencia conflictiva y ajena a los hábitos parlamentarios va a ser la de Amaiur. Bien decía Cayo Lara como se agradecen las alegrías en la casa del pobre. Han pasado de ser dos, a ser once que son multitud y todo con los votos de castigo a Zapatero.
La holgada mayoría absoluta del PP les va a permitir gobernar "a su manera". Esperemos que por el bien de todos sean verdad las frases del impecable discurso de Rajoy asegurando que lo va a hacer sin sectarismos, sin represalias, y que nadie debe temer nada porque sus enemigos son la crisis y el paro.
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