Actualizado 20/09/2009 14:00

Victoria Lafora.- Voces de alarma

MADRID 20 Sep. (OTR/PRESS) -

Exageran quienes dicen que la petición del presidente de la CECA, de que se celebren elecciones anticipadas, es una voz de alarma. Todo el mundo, en el uso de su libertad de expresión, puede pedir un adelanto electoral. Otra cosa es el predicamento o la capacidad de convicción que tenga quien pide esa cita a las urnas.

Ciertamente conviene recordar al presidente de la Confederación de Cajas de Ahorro, Juan Ramón Quintás, que son estas entidades y su mala gestión una de las partes implicadas en la crisis económica que padece este país. Que la situación financiera de las Cajas de Ahorros es mucho peor que la de la banca privada, que necesitan de la ayuda pública, que sus préstamos a constructoras sin las suficientes garantías de viabilidad les han colocado en la dificilísima situación en la que se encuentran. Por no hablar de la financiación de proyectos faraónicos como el aeropuerto de Ciudad Real que ha llevado al colapso a la Caja de Castilla La Mancha y que habrá que solventar con esa subida de impuestos que nadie quiere.

Es verdad que es imprescindible que se logre un pacto de todas las fuerzas políticas para salir de la crisis económica, es verdad que es urgente que, al menos, se pongan de acuerdo PSOE y PP. Pero hay voces más autorizadas o más creíbles para pedir un adelanto electoral. Porque la crisis no ha caído del cielo, ni es solo responsabilidad de Zapatero.

Un verdadero aldabonazo sería que Pedro Solbes, ese hombre discreto que se ha ido sin meter ruido, conociendo muy bien cual es el alcance real de las dificultades de la economía, pidiera algo semejante. Pero no lo va a hacer. Ni el ni ninguno de los ex ministros que han dejado y van a dejar el escaño antes de Navidad.

Solbes, con su credibilidad, le ganó las elecciones al PSOE en aquel famoso debate con Pizarro cuando la crisis ya era una evidencia que Zapatero negaba. Ya en el Gobierno se le prometió una autonomía que no ha tenido y se le ha despedido mal, demasiado mal.

Tampoco tiene mucho crédito los dirigentes del PP, convencidos como están que ganarían las elecciones de celebrarse ahora mismo. Con sus vagas propuestas para salir de la recesión y su incapacidad para lograr acuerdos no ofrecen garantías de resolver el principal problema que son los cuatro millones de parados. Así es que pónganse de acuerdo y salgamos de esta.

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