Actualizado 31/03/2017 08:51

Colombia espera que el nuevo acuerdo de paz con las FARC se implemente pronto para evitar "incidentes"

La situación es frágil después de los últimos asesinatos de líderes sociales por lo que la ONU pide rapidez para lograr una "paz definitiva"

MADRID, 25 Nov. (OTR/PRESS) -

Colombia vuelve a mirar con esperanza el fin de un proceso que dura más de medio siglo. El Gobierno del país y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron el jueves el segundo acuerdo de paz, que en esta ocasión será refrendado por el Congreso y no a través de un plebiscito popular. El anterior acuerdo fue tumbado en el referéndum celebrado el 2 de octubre, lo que obligó a ambas partes a replantear el documento.

El presidente Juan Manuel Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias 'Timochenko', rubricaron el nuevo acuerdo en una sobria ceremonia en el Teatro Colón de Bogotá y pidieron que sea respaldado e implementado lo antes posible por el Congreso de la nación.

El documento actual incorpora las propuestas realizadas por los detractores del primer acuerdo a lo largo de un mes de intensas negociaciones a medio camino entre La Habana y Bogotá. Sin embargo, sigue sin contentar a los críticos como los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana. Uribe, quien ha reiterado públicamente sus objeciones al documento, aseguró también que participará en los debates sobre el mismo.

La ONU con el todavía secretario general Ban Ki-Moon, y los líderes internacionales, entre los que se encuentra el Gobierno de España, han celebrado la firma del nuevo acuerdo y confiado en que, a diferencia del primero, éste sí "traiga la paz definitiva" al país.

Ban considera además fundamental empezar a aplicar el documento cuanto antes para evitar "incidentes" como los asesinatos de líderes sociales que han sucedido recientemente en el país. Asimismo, anima a ambas partes a "unirse" para permitir el avance del proceso.

El Congreso de Colombia inició ya el mismo jueves las discusiones para refrendar y empezar a implementar el nuevo acuerdo de paz, un procedimiento para el que tanto el Gobierno como las FARC han pedido celeridad.

Santos ha confiado en que el Congreso dé su visto bueno a los textos de La Habana "la próxima semana" para comenzar cuanto antes la aplicación.

El jefe de Estado ha sostenido que la implementación "es una labor fundamental, tan importante como el acuerdo mismo", porque "se abre allí una puerta para buscar consensos y espacios de entendimiento" donde "el aporte de todos será muy valioso".

"Convocaré a todos los partidos, a todos los sectores de la sociedad, a que participen, contribuyan y logremos así un gran acuerdo nacional para la implementación de la paz (...) Demostremos que podemos poner el país por encima de los intereses políticos", ha pedido.

En la misma línea, 'Timochenko' ha reclamado "su pronta y eficaz implementación (...) a fin de desatar la edificación de la convivencia pacífica y democrática". A este respecto, ha recordado la fragilidad de la actual situación, con una tregua que expira el 31 de diciembre. "Es inaudito que a estas alturas sigan cayendo guerrilleros", ha denunciado.

El ministro de Interior, Juan Fernando Cristo, ha llevado el nuevo acuerdo al Congreso nada más concluir la firma protocolaria, acompañado por una carta de Santos en la que urge a diputados y senadores a completar los trámites lo antes posible y de un resumen de los cambios.

La Cámara de Diputados ya ha fijado fecha para el primer debate: el 30 de noviembre. Después, el Senado tendrá que celebrar su propia discusión. Cuando las dos sedes legislativas hayan dado su 'placet', el acuerdo habrá quedado aprobado, según informa el diario colombiano 'El Tiempo'.

Entonces comenzarán las sesiones para implementar punto por punto el contenido del acuerdo, según ha recomendado el Consejo de Estado. Para hacer realidad lo pactado por el Gobierno y las FARC se necesitará una gran actividad legislativa y de revisión constitucional.

POLÉMICA ENTRE QUIENES DEFENDIERON EL 'NO'

A pesar de que en este nuevo documento se incluyen muchas de las exigencias de los partidarios del 'no' en el primero de los acuerdos, tanto Álvaro Uribe como Andrés Pastrana consideran insuficientes los cambios efectuados y mantienen la necesidad de que el Congreso discuta punto por punto cada parte del texto.

La firma de este segundo documento se realiza también en medio de la polémica creada entre quienes lucharon para conseguir que el pueblo colombiano tumbara el primer acuerdo el pasado 2 de octubre.

Juan Carlos Vélez, que fue gerente de la campaña por el 'no' en el plebiscito del primer acuerdo entre el gobierno y las FARC, dijo que la campaña estuvo centrada en la "indignación" del pueblo colombiano. Sin embargo, para Uribe, las declaraciones del excrongresista son fruto de "una rabieta" personal.

En una entrevista con 'La República', Vélez explicó que unos "estrategas de Panamá y Brasil" les recomendaron "dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación". "Queríamos que la gente saliera a votar berraca", afirmó.

Sin embargo, en el pleno del Senado celebrado en la jornada del jueves Uribe ha explicado que estas declaraciones las pronunció después de un enfrentamiento entre ambos.

"La verdad es que en unas palabras que yo dije la noche que ganó el 'no' omití mencionarlo (...) y él se pudo bravo conmigo y después se hicieron esas declaraciones", ha reconocido Uribe, según declaraciones recogidas por el diario 'El Tiempo'.

Tras las polémicas declaraciones de Vélez, Uribe reaccionó señalando que la entrevista de Vélez había sido "desacertada o tergiversada", y que este tipo de informaciones procedentes de "los que no cuidan las comunicaciones" hacen "daño".

También el partido de ambos se pronunció al respecto, desautorizando las afirmaciones de Vélez sobre la estrategia de la campaña.

"La estrategia de publicidad se basó en argumentos: dar a conocer a los colombianos los contenidos de lo firmado en La Habana, lo que sucedería si se aprobaba el plebiscito y el mensaje de la necesidad de corregir los acuerdos", aseguró la formación, impulsora principal de la campaña por el 'no'.

El Centro Democrático negó, además, que se contratara a "estrategas extranjeros", y afirmó que toda la estrategia se desarrolló a través de "comunicación directa con los colombianos, explicando razonadamente las implicaciones de los acuerdos de La Habana".