- Aseguran que si la asignatura estuviera planteada como alternativa a la Religión no presentaría problemas
MADRID, 17 Nov. (OTR/PRESS) -
La asignatura Educación para la Ciudadanía fue hoy tema monográfico de una reunión en la Conferencia Episcopal en la que participaron más de un centenar de personas. El portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, reiteró que la Iglesia está preocupada por la obligatoriedad de la asignatura y ante la posibilidad de que se inmiscuya en temas morales y de conciencia de los alumnos, regulando lo que es el bien y el mal. Por eso, aseguró que si la asignatura entra en estas cuestiones, "los padres tendrán derecho a objetar". Por el contrario, cree que si la materia estuviera planteada como una alternativa a la Religión no habría problema puesto que los progenitores podrían elegir.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Monseñor Ricardo Blázquez, inauguró la jornada de estudio preguntándose qué sentido tiene introducir en nuestro sistema educativo una materia como esa y cómo se determinan sus contenidos. Algunos ponentes incidieron en el deber de neutralidad del Estado, el derecho de los padres a escoger el tipo de educación que quieran para sus hijos y alertaron del modelo de hombre que propugna la asignatura: "un ser inmanente y sin trascendencia en el que las facultades espirituales del alma son eclipsadas por el nivel del conocimiento sensible y los afectos".
Bajo estas premisas, Martínez Camino subrayó que el problema de la asignatura es su obligatoriedad puesto que la Constitución española garantiza a los padres a que sus hijos sean educados de acuerdo a sus convicciones religiosas y morales.
NEUTRALIDAD DEL ESTADO
En ese sentido, el portavoz de la CEE manifestó "serias dudas" de que los programas actuales respeten la neutralidad del Estado. Por eso, instó al Ejecutivo a que la materia no entre en valores morales como la concepción del matrimonio y la relación del bien con el mal y se centre en cambio en explicar modos de convivencia, los sistemas de leyes o el constitucional.
Martínez Camino cree que si la asignatura fuera planteada como alternativa a la Religión no habría problema puesto que los padres podrían elegir, pero que si es obligatoria e invade las convicciones religiosas y morales de los padres, éstos "podrán objetar".