Actualizado 31/01/2007 16:23

Crónica Euskadi.-Ibarretxe declara ante el TSJPV y dice que sólo en un "país de locos" se procesa a alguien por reunirse

- En su comparecencia ante el juez no quiso responder al abogado del Foro de Ermua, que sólo contribuye a crear "odio y crispación"

BILBAO, 31 Ene. (OTR/PRESS) -

Juan José Ibarretxe se convirtió hoy en el primer lehendakari de la historia que acude a declarar ante un juez como imputado. Y lo hace en calidad de presunto cooperador necesario de un delito de desobediencia cometido al reunirse con representantes de la ilegalizada Batasuna el pasado mes de abril. Un par de horas después de declarar ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), Ibarretxe compareció ante los medios para dar a conocer a la ciudadanía "exactamente" lo que dijo ante el juez. "Sólo en un país de locos se puede encausar penalmente a su presidente porque habla con diferentes sensibilidades políticas", afirmó el lehendakari que también reveló que durante su comparecencia respondió a todas las preguntas salvo a las formuladas por el Foro de Ermua, una asociación que, según apuntó, sólo contribuye a crear "odio y crispación".

El lehendakari señaló que su declaración ante el juez instructor de la causa, el magistrado Roberto Sáiz, "ha sido con toda tranquilidad" porque tiene "la conciencia tranquila". Ibarretxe no dudó en asegurar que "solo en un país de locos se puede encausar a alguien por reunirse con las diferentes sensibilidades políticas para intentar arreglar las cosas" y señaló que su condición de imputado "por hablar para intentar arreglar las cosas", que calificó de "solemne barbaridad", no le impedirá seguir reuniéndose con todos en el futuro.

"No tengo absolutamente nada que esconder ante la ciudadanía", proclamó Ibarretxe, que recordó que ya prometió que que hablaría con todos para intentar conseguir la paz. En su hora y media de comparecencia contestó a las preguntas tanto del juez como del fiscal pero no a las del Foro de Ermua, una asociación que "con sus actuaciones solo está generando odio y crispación" y que, según dijo, no apuesta por construir la paz, sino "por destruir la convivencia en la sociedad vasca". Su silenció fue "una posición de dignidad de lehendakari que no comparte ninguno de los planteamientos de esa asociación", sentenció.

Ibarretxe resumió su declaración en tres puntos "que con toda claridad y contundencia" trasladó al tribunal. En el primero de ellos recordó que su compromiso como lehendakari era firme y consistía en hablar "con todos y de todo para buscar una solución, para lograr la paz". "Estoy convencido de que sin diálogo con todas las sensibilidades políticas en este país es imposible encontrar salidas", afirmó el lehendakari, que como base documental a su argumentación entregó al juez el acuerdo de coalición del tripartito vasco, su "contrato social".

"CRIMINALIZAR EL DIÁLOGO ES VOLVER ATRÁS"

En su segundo punto, afirmó el objetivo de todas estas reuniones ha sido el de trabajar para buscar la paz y el acuerdo político, ya que "no hay otro camino". "Criminalizar el diálogo es volver atrás", sentenció Ibarretxe, que en su tercer argumento apuntó que el proceso abierto "vulnera el derecho fundamental que como lehendakari tengo ha hacer política". En este sentido, señaló que sus acciones deben ser juzgadas únicamente en el Parlamento. "Son controlables en sede parlamentaria" afirmó Ibarretxe, que reconoció que su iniciativa de establecer el diálogo con todas las sensibilidades políticas "es discutible y criticable, pero lo es en sede parlamentaria".

Para terminar denunció que le parece "tremendo" que se siga con el proceso abierto contra él, cuando cuando la Fiscalía ha pedido su archivo y, en el caso del Gobierno central, el Tribunal Supremo haya dicho que sería "un fraude constitucional" si se considerara delito establecer reuniones con representantes de la izquierda abertzale.

Ibarretxe denunció en este punto el doble rasero de la Justicia al afirmar que que, cuando habla él con Batasuna, "entonces se comete un delito" y se preguntó si las instituciones vascas son "instituciones de segunda división". "Esperamos que no se continúe con este absurdo y cuanto antes se archive este caso siguiendo la linea marcada por el fiscal y con los autos del propio Tribunal Supremo", concluyó el lehendakari.

APLAUSOS Y ABUCHEOS

Este fue el pormenorizado resumen que realizó el lehendakari de su hora y media de declaración, que llega tan sólo un día después de la de Arnaldo Otegi, Pernando Barrena y Juan José Petrikorena, los dirigentes de Batasuna con los que se reunió el 19 de abril. Una comparecencia que se produjo pocos minutos antes de las nueve y media de la mañana, cuando paraguas en mano y acompañado por su esposa Ibarretxe llegó a pie hasta el Palacio de Justicia de Bilbao. A las puertas del tribunal se agolpaba una multitud que le recibió con aplausos y gritos de ánimo.

Allí también estaba su gabinete al completo y otros líderes nacionalistas para mostrar su apoyo al lehendakari como el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna o la presidenta del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao además de los dirigentes de los partidos que junto al PNV forman el tripartito vasco.

Tras saludar a los presentes y besar a su esposa, Ibarretxe subió las escalinatas y se dirigió al interior del tribunal. Instantes después de la entrada de Ibarretxe llegaron hasta el Palacio de Justicia varios representantes del Foro de Ermua, con su abogado Fernando Capelo, y miembros de Dignidad y Justicia que accedieron a la sede del tribunal entre pitidos y gritos de "fascistas".

Hora y media después Ibarretxe salió del Palacio de Justicia, tal y como entró, entre los vítores y gritos de ánimo que el lehendakari agradeció levantado los brazos en un gesto de agradecimiento. Pocos minutos más tarde abandonaron la sede judicial los miembros del Foro de Ermua que fueron despedidos con insultos y abucheos de la multitud concentrada a las puertas del edificio.

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