- Siete de cada diez estadounidenses rechazan la forma en que Bush está llevando el conflicto de Irak
BAGDAD/MADRID, 12 Dic. (OTR/PRESS) -
A las siete de la mañana de hoy, cientos de trabajadores jornaleros se congregaban en la Plaza Tayran de Bagdad a la espera de una oferta laboral con la que cubrir el día. En un momento de máxima afluencia, y en un margen de apenas dos minutos, dos vehículos conducidos por sendos suicidas cargados de explosivos irrumpieron en el lugar y sembraron el caos. Al menos 63 personas murieron y más de 220 resultaron heridas a consecuencia de los ataques. Mientras, en Estados Unidos, George Bush sigue perdiendo enteros con Irak; según una encuesta realizada por 'ABC' siete de cada diez estadounidenses desaprueban la política de la Casa Blanca en el país mesopotámico.
En la Plaza Tayran de Bagdad se congregaban esta mañana cientos de trabajadores jornaleros, parados que buscan un oferta laboral para el día, principalmente en la construcción. La mayoría de ellos eran chiíes provenientes de las zonas más pobres de la capital, como Ciudad Sadr. Sobre las siete de la mañana, un BMW se situó detrás de un coche patrulla de la Policía e hizo explosión. Tan sólo dos minutos después, mientras los trabajadores y vendedores de la zona corrían a refugiarse al otro lado de la plaza, una camioneta se dirigió contra la multitud y explotó.
Los testigos de la barbarie relataron a 'Al Jazeera' unos hechos que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, no dudó de calificar de "horrible masacre". "Después de la explosión, no quedaba ninguna persona en la plaza en pie. Pensé que estaba todo el mundo muerto", narró Khaled Nasser, que estuvo buscando los restos de sus cuatro compañeros entre los 63 cadáveres y los más de 220 cuerpos de personas heridas que restaban tendidos entre los escombros. "Los encontré partidos por la mitad, sin piernas, y de algunos sólo pude encontrar la cabeza", afirmó.
Dos edificios de la plaza resultaron dañados de gravedad y docenas de tiendas ardían en medio de una multitud de restos de casetas y sangre. Poco después de los ataques, el parlamentario suní Mahmud Mashhadani consideró a los autores de la masacre como "forajidos sin religión", al tiempo que pidió una tregua de dos meses a las facciones musulmanas. "Las Fuerzas de Seguridad arrestarán a estos criminales y los llevarán ante la Justicia para darles el castigo que se merecen", sentenció.
BUSH CAE EN LAS ENCUESTAS
Mientras, en Estados Unidos, los ciudadanos ven cada vez con peores ojos el curso de los acontecimientos en Irak y eso repercute en la imagen que tienen de su presidente. En la última encuesta realizada por 'ABC' sobre este asunto, siete de cada diez norteamericanos se muestra en contra de la gestión que está llevando a cabo la Administración Bush en el país mesopotámico. Los datos son los peores porcentajes a los que se enfrenta la Casa Blanca desde que comenzó la guerra en marzo de 2003.
Tan sólo el 36% de los estadounidenses aprueban la gestión de Bush en Irak, frente a un 62% que lo desaprueba, según informa 'The Washington Post'. La situación en el país mesopotámico es el mayor reto del presidente de EE.UU. en los dos años que le restan de mandato y entre la población reina el escepticismo. Para buscar "un nuevo enfoque" Bush se comprometió a estudiar atentamente el 'Informe Baker/Hamilton', aunque hoy se supo que la nueva estrategia para Irak no se hará pública hasta enero, cuando el presidente haya podido estudiar las opiniones de la cúpula militar.