- Bhutto, absuelta de cargos por corrupción, regresa para volver a ser primer ministro y luchar contra el islamismo radical
KARACHI, 18 Oct. (OTR/PRESS) -
La ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto volvió a Pakistán dejando tras de sí ocho años de exilio y con la intención de regresar a la primera línea política. Antes de tomar su avión en Dubai, la opositora destacó la "coyuntura" que vive Pakistán entre optar por una progresiva democratización o virar hacia la dictadura, retirando su interés por alejar al país del islamismo radical y el terrorismo. Tras su viaje, más de 250.000 personas recibieron entre vítores a una emocionada Bhutto en el aeropuerto de Karachi.
Benazir Bhutto despegó de la ciudad de Dubai, ubicada en los Emiratos Árabes Unidos, y aterrizó en Karachi a las 13.45 horas. Esta distancia física adquiere tintes simbólicos, ya que la ex primera ministra lleva ocho años exiliada en el extranjero al haber sido acusada de corrupción en su país de origen en 1999. Sin embargo, una reciente amnistía firmada por Musharraf le permitió un regreso que la opositora emprendió emocionada.
"Espero que, a medida que ocurre este milagro, ocurra un milagro para la empobrecida gente de Pakistán que tan desesperada está por un cambio, que desea seguridad, que desea oportunidades y que desea tener fuerza y empleos", indicó Bhutto antes de subirse en el avión. Para la dos veces primera ministra, Pakistán asiste a una "coyuntura" entre la dictadura y al democracia, según declaraciones aparecidas en 'Al Jazeera' recogidas por Otr/Press.
Bhutto llegó en un avión comercial con el que aterrizó entre lágrimas en Karachi. Vestida con un velo y portando un rosario musulmán, afirmó sentirse "bien, muy bien" por su regreso y por la extraordinaria acogida. Y es que más de 250.000 simpatizantes recibieron en el aeródromo a una de las políticas más carismáticas de Pakistán, que precisó de unas fuertes medidas de seguridad ante tal multitud. Centenares de autobuses y otros vehículos adornados con carteles de bienvenida estaban aparcados a lo largo de la avenida que une el aeropuerto con el centro de la ciudad. Además, una enorme bandera partidista roja, verde y negra cubría la fachada de un edificio de apartamentos.
EN CLAVE POLÍTICA
Bhutto, de 54 años, regresó con la vista puesta en las elecciones legislativas de enero y la intención de llegar al cargo de primera ministra por tercera vez. La candidata defenderá favorecer la democratización y desmarcarse del islamismo radical. "Esta no es la imagen real de Pakistán", subrayó, ya que "hay una clase media trabajadora y decente que quiere tener fuerza para construir una nación moderada y moderna".
Musharraf, que logró el poder gracias a un golpe de estado, apostó por su amnistía no con el objetivo de lograr una rival, sino más bien con la esperanza de iniciar una alianza con Bhutto en su renovación como presidente de Pakistán. Dicha reelección, fijada por los parlamentarios hace semanas, depende de la próxima decisión del Tribunal Supremo, que debate actualmente la legalidad de este mandato, puesto que el general comparte la Presidencia con el liderazgo del Ejército. No obstante, Musharraf ya anunció su intención de colgar el uniforme si renueva por cinco años al frente de un país de 160 millones de habitantes.