- Califica la división entre la Iglesia católica y ortodoxa como "un escándalo para el mundo"
ESTAMBUL, 30 Nov. (OTR/PRESS) -
Benedicto XVI se convirtió hoy en el segundo Papa que entra en una mezquita, repitiendo un gesto que ya hizo Juan Pablo II en Damasco en 2001. Después de visitar Santa Sofía, el Pontífice se dirigió a la Mezquita Azul donde se descalzó, paseó por su interior en calcetines y rezó unos minutos. Antes de esa visita se entrevistó con el Patriarca Ecuménico Bartolomeo I, y calificó de "escándalo para el mundo" la división entre los cristianos de Oriente y Occidente.
La controvertida visita del Papa a Turquía después de las palabras en la Universidad de Ratisbona alertando ante el islamismo extremista no quedará exenta de gestos conciliadores. Tras visitar el Museo Santa Sofía, Benedicto XVI se dirigió a pie a la que popularmente es conocida como Mezquita Azul, sus ayudantes le descalzaron, paseó por su interior en calcetines y tras ser informado sobre la oración del viernes, rezó un minuto mano sobre mano.
Antes de su visita al templo musulmán, el Papa tuvo un encuentro con el patriarca ortodoxo Bartolomeo I, que estuvo cargado de simbolismo. El líder ortodoxo le regaló un Evangelio en el que va inscrito el mensaje "Sois imitadores de Cristo", mientras que el Papa le obsequió con un cáliz y una patena "en signo de la unidad en el sacrificio de Cristo".
Benedicto XVI participó en la denominada 'Divina Liturgia', la celebración ecuménica más significativa para la Iglesia ortodoxa y que se caracteriza por la orientación del sacerdote y los fieles hacia Oriente, el lugar por donde vendrá Cristo en el último día, según la tradición cristiana.
Después, el Papa leyó un discurso en el que calificó de "un escándalo para el mundo" la división entre los cristianos de Oriente y Occidente. En ese sentido, recordó las palabras de Jesús a los apóstoles antes de morir: "que todos sean uno para que el mundo crea".
Benedicto XVI recordó que recientemente se ha retomado el diálogo teológico con la Iglesia Ortodoxa, subrayando que la Iglesia Católica está dispuesta a hacer "todo lo posible para superar los obstáculos y buscar los medios eficaces para la comunión".
Después, ambos líderes firmaron un documento conjunto en el que arremetieron contra el radicalismo religioso sin mencionar el Islam al asegurar que "matar a inocentes en el nombre de Dios es una ofensa hacia El y hacia la dignidad humana". "Debemos comprometernos con la defensa de la vida humana, de cualquier vida humana", dice el texto.
SECULARIZACION Y RELATIVISMO
La unidad entre ambas iglesias es un objetivo presente a lo largo de todo el documento, en el que se hace un llamamiento a que se lleve el Evangelio al mundo occidental, donde "no se puede ignorar el aumento de la secularización, el relativismo y el nihilismo".
En ese sentido, reconoce que "queda mucho camino por recorrer" y apela a la unidad del Espíritu Santo para preparar el gran día del restablecimiento de la plena unidad, "cuando y como Dios quiera".
El texto también hace una referencia a la UE y recuerda que el principal requisito para admitir un estado, en relación a un eventual ingreso de Turquía, es que se respeten todos los derechos inalienables de las personas, sobre todo la libertad religiosa, "testigo y garantía del respeto de cualquier otra libertad".