Actualizado 06/09/2011 14:00

Antonio Casado.- El quicio de las cosas.

MADRID 6 Sep. (OTR/PRESS) -

Los nacionalistas catalanes vuelven a sacar los pies del tiesto. No se entiende su cansina apelación al victimismo como recurso argumental para sobreponerse a una sentencia de los más altos tribunales del Estado del que también forma parte la Generalitat, mal que les pese, sobre el uso de las dos lenguas oficiales de Cataluña en los planes educativos.

El Tribunal Constitucional sentó doctrina en junio de 2010 al establecer que el catalán es lengua vehicular en la enseñanza. Por supuesto, pero también lo es el castellano. Y el Tribunal Supremo sentó jurisprudencia en diciembre del mismo año, en línea con la sentencia del Constitucional, al reconocer el derecho de las familias a que sus hijos sean escolarizados en catalán, por supuesto, pero también en castellano si lo reclaman.

Lo único nuevo es el auto judicial de finales de julio que acabamos de conocer a principios de septiembre, en el que se insta a la Generalitat a no seguir demorando el cumplimiento de estas sentencias del Constitucional y el Supremo. El auto es de una sección de la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y presenta la particularidad de fijar un plazo límite de dos meses para ponerlas en práctica.

La consejera de Educación del Gobierno de Cataluña, Irene Rigau, ha hablado de "respeto" y "lealtad" institucionales al tiempo que anunciaba su intención de recurrir el auto. Está es su derecho. Lo que no puede recurrir es la doctrina del Tribunal Constitucional y la última palabra jurisdiccional del Tribunal Supremo. Precisamente por respeto y lealtad al ordenamiento jurídico-político que nos hemos otorgado el conjunto de los españoles.

Lo demás es, como digo, sacar las cosas de quicio. El quicio de todas las cosas, en un Estado de Derecho, es el imperio de la ley y la obligación de los poderes públicos de cumplirla y hacerla cumplir ¿A qué viene tomar estas sentencias, justamente interpretadas por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma como un ataque a la lengua catalana?

Quien se lo ha tomado así inequívocamente es el propio presidente de la Generalitat, Artur Mas, quien ha declarado sin anestesia que su Gobierno "se mantendrá firme en la defensa de la identidad catalana". ¿Pero quién ha atacado la identidad de Cataluña? Más se está defendiendo de un ataque imaginario. De nuevo parece que los nacionalistas catalanes siguen necesitando del agravio -si no existe se inventa- para articular un discurso de innecesario apoyo a la lengua catalana, como si alguien la hubiera prohibido, como si alguien hubiera negado su legítimo derecho a existir, a practicarse libremente, a ser lengua vehicular de la enseñanza, por supuesto, aunque no exclusiva.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes

Foto del autor

Luis Del Val

Personas desconocidas

Foto del autor

Julia Navarro

De la salud y otras cuestiones