MADRID 17 Feb. (OTR/PRESS) -
Una serie de televisión titulada "Arrayán" hace furor en Andalucía. El último capítulo congregó frente a la pantalla de Canal Sur cerca de un millón de espectadores frente a los 175.000 que se interesaron por un debate sobre el nuevo Estatuto de Autonomía cuyo referéndum tiene lugar este domingo. El dato demuestra el interés descriptible de los andaluces por su nueva norma estatutaria; cosa que no sorprende a nadie y menos al presidente Chaves que impulsó su reforma y que habrá avalado las controvertidas menciones sobre el Estatuto y el referéndum en todos los capítulos de la arrolladora telenovela para motivar a los andaluces ante la cita del domingo. Y si "Arrayán" no consigue vencer el desinterés advertido "tendremos un problema Houston", a cuenta de una ridícula participación que privaría al nuevo texto del imprescindible vigor político y moral para su aplicación. Se teme a la abstención como a una vara verde. La indiferencia ciudadana podría alcanzar el 50 por ciento y de producirse confirmaría que la iniciativa de reformar el Estatuto de Carmona, no fue consecuencia de una demanda real de los andaluces y sí de una decisión política forzada por el debate sobre esa cosa de la "España plural" que difundió Maragall con el fin de maquillar las dosis de soberanismo que llevaría implícito el nuevo Estatuto catalán y que Zapatero no tuvo más remedio que comprar si quería seguir en la Moncloa.
Tanto es así que durante la discreta campaña del referéndum se ha intentado vender ,por parte de la vicepresidenta Fernández de la Vega, Chaves e incluso Montilla, que los estatutos de Cataluña y Andalucía son lo mismo. Un objetivo que habría buscado situar al PP frente a sus propias contradicciones por apoyar en Andalucía el mismo texto que sin embargo, por tratarse de Cataluña , recurrió ante el Tribunal Constitucional. Maniobra que también se ha intentado para destituir al Defensor del Pueblo , Enrique Múgica, por haber tenido los arrestos democráticos y legítimos de presentar un recurso de inconstitucionalidad contra el "Estatut" y no contra el andaluz; algo que no le perdonan sus propios compañeros socialistas y menos los nacionalistas e independentistas que le vapulearon de manera inmisericorde en el Congreso. La cacería política desatada contra Múgica dice mucho del concepto totalitario e intolerante que sobre el ejercicio del poder tienen los compañeros y socios de Zapatero cuando se les contraría en democracia. Es incuestionable, por otra parte, que el Estatuto de Andalucía que se somete a referéndum el 18-F no entraña riesgo alguno para la España constitucional, mientras que el catalán acredita fundadas dudas razonables que motivan los recursos presentados. Como andaluz, llegado a este punto, nada me satisfaría mas que mis paisanos refrendaran el nuevo Estatuto con un sí mayoritario y más participativo que el que los catalanes brindaron al suyo. Aunque sólo fuera para demostrar que se puede profundizar en el autogobierno sin dejar de ser leales a España como Nación.
Antonio Jiménez.