Actualizado 10/11/2007 01:00

Antonio Pérez Henares.- El calvario de Mario Conde

MADRID 10 Nov. (OTR/PRESS) -

Fue el icono del triunfo en los 80. El espejo de los yuppys, el ejemplo a seguir de los jóvenes escualos de las finanzas y los pelotazos, el oscuro objeto del deseo, la fama, el poder, el dinero , la imagen y éxito. Inteligente, hábil y osado. Ambicioso, sin escrúpulos, soberbio, prepotente y tan pagado de sí mismo que se sintió inalcanzable, impune.

Cometio delitos. Ha pagado por ello. Lleva, entre unas cosas y otras mas de diez años por las cárceles , que son muchos años para aquel que la sufre, aunque desde fuera parezcan ser cosa de un suspiro. Ha perdido muchas cosas. Primero su libertad y, desde luego el poder, el prestigio social, la imagen pública y hasta puede que su futuro. Ha penado y ha pagado. Incluso ha tenido que hacerlo con dinero. Y está bien que lo haya hecho.

Pero ha pagado. Y ahora cuando lo oigo y lo escucho veo al hombre que ha sufrido de manera terrible. Pero de pronto se comprende que no tanto por la cárcel, ni por su fortuna ni por su imagen perdida sino que es ahora, cuando ya sale de ese túnel, cuando en verdad sufre el peor embate de la vida. La muerte se le ha llevado a su mujer, a su compañera de ventura y desventuras y ese hombre dolorido es ahora cuando quizas haya aparecido redimido. Es ahora cuando el mismo que aspiró al "imperium" y a la gloria se da cuenta de nada de ello, nada de lo que fue su pasión y en lo que puso y perdió cuerpo y alma, le merecían en absoluto la pena. Sobre la vanidad, sobre la soledad (qué pocos le acompañaron en el entierro de Lourdes y cómo se puede agradecer a quienes por encima de amores, desamores , rencores y conveninecias como Abelló, sí estuvieron) sobre la futilidad y sobre nuestra fragilidad irrisoria es de lo que ahora habla desde honduras e infiernos este Mario Conde reaparecido en nuestras vidas.

No es cursi hablar de amor cuando este alcanza esa cota de entrega, lealtad, sufrimiento y tragedia. No es baladí sino todo lo contrario hablar de ello en tiempos de que sólo nos ofrecen como alimento intelectual vídeos de Pepiño. Me parece mucho más relevante este hecho, este hombre y este destino. Su pérdida es lo que abre la verdadera sima del dolor bajo sus pies. Pero quizás es lo que le trae su propia redención y el reencuentro con el mismo y con quienes dinero, poder y ambición enfrentaron.

Mario Conde ya ha pagado su deuda con la sociedad. Duramente. La vida le ha hecho pagar, con culpa o sin ella, algo mucho mas atroz , algo que no hay ley que mida ni ante lo que el hombre tiene otro recurso que el grito, angustia y la tremenda pregunta sobre el mismo, sobre eso mismo, sobre el propio sentido de la vida. Al ver en su rostro sus calvarios, como simple ser humano no puedo sentir otra cosa que compasión y solidaridad y hasta una punta de afecto y cercania ante esta miseria que es lo humano que todos compartimos.

Antonio Pérez Henares.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes