Actualizado 18/09/2009 14:00

Cayetano González.- Contestación a Zapatero.

MADRID 18 Sep. (OTR/PRESS) -

La política es un oficio muy desagradecido, en el que la camarilla de aduladores del jefe -sean de su propio partido, de los medios de comunicación supuestamente afines o de instituciones de la sociedad civil- es directamente proporcional al poder que este tiene. Pero cuando uno cae o empieza a caer en desgracia, esos aduladores van desapareciendo como por arte de magia. Bien es cierto que a nadie se le obliga a estar en política y se presupone que quien decide hacerlo, tiene que ser muy consciente que la "gloria" que disfruta por ocupar un puesto de responsabilidad es siempre temporal.

Algo de esto habrá empezado a experimentar Zapatero en sus propias carnes, cuando en los últimos días se ha desayunado con la noticia del abandono de los escaños socialistas de quienes hasta hace muy poco tiempo eran estrechos colaboradores suyos -Pedro Solbes o Jordi Sevilla-, o con titulares de prensa que hablan de disensiones serias tanto en el seno del Gobierno como del grupo parlamentario socialista a cuenta de lo que esas voces críticas entienden es improvisación y falta de solvencia en las medidas que el presidente está tomando para afrontar la crisis económica. Habrá que aceptar que algo o bastante de razón tienen esos "críticos" porque no hay mas que recordar el espectáculo dado este verano por el Gobierno con las sucesivas correcciones sobre los plazos para que los parados que se hubieran quedado sin el subsidio del desempleo pudieran cobrar una ayuda extra, o los amagos sobre la subida de impuestos, después de haberlo negado reiteradamente el propio Zapatero.

A perro flaco, todo son pulgas. Y a la grave situación de crisis económica, en la que tanto el presidente como sus ministros económicos están proyectando una imagen de insolvencia y de estar bastante desbordados por los acontecimientos, habrá que añadir que otra razón de fondo para que esas críticas hacia el hasta ahora intocable e indiscutible líder hayan empezado a aflorar a la superficie, es que se empieza a ver las orejas al lobo. Es decir, en el PSOE, en sus cargos públicos, en su militancia, se tiene la sensación que de seguir así las cosas, la victoria en las elecciones generales del 2012 está muy en el aire. De entrada, el PSOE ya ha salido derrotado este año por el PP tanto en las elecciones gallegas como en las europeas. Las municipales y autonómicas tocan en el 2011. Y ya se sabe, que con las cosas de comer no se juega.

Dicho todo lo anterior, parece claro que el liderazgo de Zapatero dentro de su partido todavía goza de un margen suficiente como para que no pierda el sueño. Pero no debería confiarse en exceso, porque lo que en un momento parecen apoyos inquebrantables desaparecen de la noche a la mañana. Hay gente que le tiene ganas al presidente, fundamentalmente todos aquellos, y empiezan a ser bastantes, que han sido objeto de esa faceta de auténtico "killer", desconocida y algo sorprendente en quien en su día se presentó como campeón del talante.

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