MADRID 5 Feb. (OTR/PRESS) -
Por higiene mental, me parece que lo mejor que podemos hacer con la guerra de cifras de la manifestación del Foro de Ermua es ignorarla. Contra ETA, lo que la inmensa mayoría de los españoles queremos es sumar, manifestarnos con las víctimas y contra los asesinos sin que el PP o el Gobierno nos cuenten como ovejas de su rebaño, tuya, mía ¿Pero esto que es, quiénes se han creído uno y otro que son, y sobre todo, por quién nos toman? ¿Cómo demonios se atreven los dos a contar en votos nuestra indignación con los asesinos de ETA y nuestra solidaridad con todas sus víctimas?
La manifestación que, en mi opinión, desbordaría hoy todas las previsiones es una que dijera simplemente: contra 'estos' políticos. No contra 'la política', que es una actividad noble, ni contra la inmensa mayoría de quienes se dedican a ella que también lo son; ¡no! Contra quienes se atreven a instrumentalizar en votos los sentimientos generalizados de rechazo a ETA y de apoyo a las víctimas que crecen en el corazón de la gente cada vez que ETA mata, y, manifestación tras manifestación, siembran cizaña partidaria en el trigo limpio del 'no a ETA' y 'sí a las víctimas'. Contra 'estos' miserables.
Convoque quien convoque, en este país la gente siempre responde contra ETA, quiere manifestarse contra ETA. ¿Con distintas pancartas y distintas banderas? Con las que te dan cuando llegas, por motivos profesionales yo las he visto casi todas, es parte de mi trabajo, y, créanme, los ciudadanos que se traen la pancarta y la bandera de su casa son muy pocos. ¿Que los gritos varían? Sí, claro, en función de quien lleva el megáfono, pero los 'coros' partidarios son siempre minúsculos, lo que la mayoría corea es, 'no a ETA', 'unidad' Y, ¿saben?, digan lo que digan el Gobierno y el PP, en todas hay más o menos la misma gente. Cada vez menos es verdad, y más cansados, y más tristes: esta es la victoria de los sembradores de cizaña. Desde que la división ruin y partidaria ha sustituido a la unidad de los demócratas contra ETA, lo único que crece, según vengo observando, es el número de 'irreductibles' empeñados en seguir yendo a todas las manifestaciones contra ETA, que acuden como aquellos tres monos chinos de 'La Clave', ¿se acuerdan?, tapándose los ojos, la boca y los oídos. Los ojos para no ver el lema, los oídos para no salir huyendo ante algunas de las cosas que se dicen desde la tribuna, y la boca. La boca porque donde los ciudadanos debemos y yo creo que tenemos que ajustarle las cuentas por este destrozo a 'este' Gobierno y a 'esta' oposición es en las urnas y en el único lenguaje que entienden: el lenguaje de los votos.
Consuelo Sánchez-Vicente