MADRID 9 Oct. (OTR/PRESS) -
La Historia trata a los perdedores a la manera de la mar a los náufragos: de forma implacable. Izquierda Unida, nombre en cosmética política del histórico PCE, está hundida; poco menos que descontada por los electores y abrasada por la permanente guerra civil en la que se instalaron sus diferentes tribus desde que Santiago Carrillo dejó de ser el jefe. Ahora , quien manda en lo que queda del PCE, es Paco Frutos, un político catalán que ¡rara "avis" ¡ no ejerce de nacionalista. Manda Frutos en el PCE, pero quien sale en la televisión en nombre de IU y, no pocas veces, también en nombre del Gobierno de Zapatero-, es Gaspar Llamazares.
Un Llamazares muy contestado que pugna por flotar agarrado al madero de una elecciones primarias en las que -novedad- ,los afiliados podrán votar por correo. Votar para decidir si en las elecciones de marzo quieren como candidato a Llamazares o si prefieren a Marga Sanz, secretaria del PC valenciano. Sanz tiene apoyos en el núcleo duro de lo que queda del PCE; Llamazares, no, pero, va tirando gracias a su táctica de no preguntarle a Saura por los delirios nacionalistas de Carod en Cataluña, ni a Madrazo por su apoyo a un "lehendakari" metido de hoz y coz en la procelosa senda del independentismo anticonstitucional. Llamazares -cuyo a apoyo a Zapatero no gusta tanto en el PCE como el que Anguita prestó a Aznar para hacerle la "pinza" a Felipe González-, es un superviviente. De Sanz lo único que podemos recordar es que en las últimas elecciones IU pincho en el Ayuntamiento de Valencia al igual que antes lo había hecho en las autonómicas.
Están, pues, en lo de siempre: de derrota en derrota, hasta la victoria final.
Fermín Bocos.