Actualizado 05/03/2022 13:44

Fermín Bocos.- Relevar a Belarra y Montero

MADRID, 4 Mar. (OTR/PRESS) -

Hasta el pasado miércoles Pedro Sánchez estaba en contra de que España enviara armas directamente a Ucrania. Había explicado en la televisión que las ayudas debían canalizarse a través del mecanismo europeo que coordina el auxilio al país invadido por Rusia. Era la forma que tenía el Gobierno de España de colocarse de perfil en un conflicto en el que Podemos, los socios morados de Sánchez, ya habían desempolvado el añejo discurso de la izquierda residual que todavía repite algunas de las consignas del "no a la OTAN". Mientras tanto las tropas rusas seguían avanzando a sangre y fuego y sus misiles machaban algunas ciudades ucranianas sin distinguir entre civiles y militares. Ante un espectáculo tan dramático, con Francia y Alemania a la cabeza, los países serios de la UE anunciaron que ellos sí estaban listos para enviar armas ofensivas a Ucrania para ayudar a los combatientes que con inopinado heroísmo estaban resistiendo el avance de las tropas rusas.

Ante ese panorama y visto que España se quedaba junto a Malta y Chipre entre los países renuentes a enviar armamento, Sánchez --siempre pendiente de su imagen-- cambió de posición y pilló desprevenidos a los ministros morados que tiene empotrados en el Gobierno. Y ahí es donde cada uno quedó retratado. La vicepresidenta Yolanda Díaz, que es la más lista --y tiene su propia agenda política--, sin torcer el gesto, apoyó en público la medida. Pero sus colegas, las ministras Ione Belarra e Irene Montero, daban la nota manifestando su oposición al envió de armas a Ucrania con argumentos que habrían hecho suyos aquellas adolescentes que hace cuarenta años llevaban en sus carpetas escolares la foto de Bob Dylan o la de Joan Baez.

No hay precedentes en ningún otro gobierno de los países que forman la UE de semejante cacofonía política. Frente a una agresión como la que está sufriendo Ucrania hay que tener claro de qué lado se está. Con quien se está en una guerra en la que miles de personas están siendo empujadas a la muerte o al exilio. Son miles de ciudadanos de un país europeo los que necesitan y piden nuestra ayuda. En un caso como este el distanciamiento es un acto miserable porque equivale a no reconocer y condenar la agresión. Ante la opinión pública Podemos se ha quitado la careta. Todo el mundo sabe ya de qué lado están. Sánchez está tardando en relevar a las ministras Belarra y Montero.

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