MADRID 1 Oct. (OTR/PRESS) -
Dos meses han transcurrido desde el fraude electoral perpetrado en Venezuela por Nicolás Maduro falseando el resultado de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 28 de julio en las que venció la oposición con Edmundo González Urrutia como candidato.
Aunque todavía hay aspectos que desconocemos de la trama urdida para perpetuarse en el poder por la cúpula del régimen chavista vamos conociendo hechos que unidos entre sí trasladan la fundada sospecha de que en el resultado provisional de la culminación del fraude -la salida forzada hacia España de Edmundo González- tuvo un papel sino determinante cuando menos muy destacado el ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
Por lo que se deduce de lo ocurrido en la sede de la Embajada de España en Caracas, el lugar en el Jorge Rodríguez presidente de la Asamblea venezolana y su hermana, la ministra Delcy Rodríguez, coaccionaron al candidato que había ganado los comicios para que firmara que el vencedor hacia sido Nicolás Maduro, en la penumbra de la intriga hubo un tercer Rodríguez. Uno que navega por la vida primando su segundo apellido. Señalado por la oposición venezolana como el "canciller" de Maduro por su inequívoca relación con el dictador y su negativa a calificar de fraude la falsificación del resultado de las elecciones viene tratando de desdibujar su complicidad con el régimen chavista amparándose en supuestas tareas de mediador.
Pero los hechos le acorralan y desvelan la impostura: la salida de Edmundo González Urrutia de Venezuela auspiciada por él en clara armonía de objetivos con los "dos Rodríguez" que presionaron al vencedor de los comicios para que renunciara a la victoria, a la postre, ha sido el mejor regalo para Nicolás Maduro. Una infamia que convierte a Zapatero en el "tercer Rodríguez" de la trama.