Publicado 30/12/2025 08:02

Fernando Jáuregui.- 2026, año de la(s) derecha(s)

MADRID 30 Dic. (OTR/PRESS) -

Sí, 2026 va a ser con mucha probabilidad un año de impulso para lo que genéricamente viene llamándose 'las derechas'. En términos concretos, me estoy refiriendo especialmente a España, pero podría extenderse la consideración a toda Europa y a un mundo dominado por una figura tan inmensamente reaccionaria, tan agresivamente rupturista con el sentido común, como Donald Trump. Mi análisis se refiere, no obstante, a un estudio de varias de las últimas encuestas publicadas en nuestro país sobre lo que sería -será- una votación en urnas españolas: todos los trabajos muestran que, primero, el PSOE sufrirá derrotas -en algún caso, desastrosas- en febrero en Aragón, esta primavera en Castilla y León y Andalucía, y que las sufriría en casi todas las restantes autonomías y en las generales, después.

Tal sucesión de desastres electorales tiene forzosamente que provocar una búsqueda de las causas en los 'estados mayores' de los partidos. El PSOE está tocado por los escándalos de corrupción y las acusaciones de abusos sexuales, pero menos por eso que por la falta de democracia interna en el partido y por la ausencia de ideas regeneracionistas para una 'nueva' política que ilusione a los jóvenes y a los no tan jóvenes, más allá de 'pagas', bonos transporte y promesas. A su vez, el Gobierno sustentado por el PSOE se desangra por la falta de cohesión con el partido coaligado, Sumar, que, a su vez, se desmorona por su propia inanidad. También se desangra por la falta de entusiasmo de las formaciones que aún apoyan a los socialistas para que sigan en el Gobierno.

Únase a ello la ruptura, por motivos de venganzas personales más que programáticos, entre Sumar y Podemos, además de las fricciones en el interior de Esquerra Republicana de Catalunya, cuyo representante máximo en Madrid, Gabriel Rufián, quisiera aglutinar un 'frente de izquierdas' hoy casi imposible; así, tendremos una visión de una izquierda desunida, en declive imparable.

¿Y la derecha? Bien, hoy la derecha que podríamos llamar 'moderada' domina ya en la Eurocámara, en buena parte de los países de la UE y, en España, controla once autonomías, el Senado (también es el primer grupo en el Congreso, con 137 diputados) y 3.344 alcaldías (según datos del Ministerio de Política Territorial), mientras el PSOE tiene 2.278; el resto, hasta algo más de ocho mil municipios, corresponde a otras formaciones, pero buena parte de ellas son de carácter conservador o, incluso, ultraconservador. Las expectativas de PP unido a Vox dicen que 'las derechas' están cerca del 60 por ciento del voto global español.

Estos datos llevarían, en buena lógica, a pensar en la inevitabilidad de un Gobierno de 'la derecha' en España, donde sería difícil una repetición pura y dura de la 'alianza Frankenstein' de izquierda y nacionalistas, que dio el Gobierno a Pedro Sánchez, tras haber quedado segundo, por debajo del PP, en las elecciones de 2023. Pero no sin intención he titulado este comentario '2026, el año de las derechas'. Porque Vox, en un ascenso en intención de voto que, por motivos aún por analizar de manera verosímil, le ha colocado como tercera fuerza política en el país, se ha convertido en el principal problema y en la hipotética solución para una gobernación del PP de Núñez Feijoo. Juntos tienen una sobrada mayoría. Por separado, no llegan.

Hoy, dicen con la boca pequeña en el PP, ya no se teme a Vox; es 'homologable' y creen que accedería a apoyar al PP sin exigir estar en el Gobierno, y solo con pactos puntuales . La realidad con respecto al partido de Abascal es, a mi entender, algo más compleja, y mucho depende del carácter 'bipolar' de esta formación, que tendrá que llegar a acuerdos 'de mínimos' con los 'populares' o someter a España a la perpetua ingobernabilidad a la que el sistema electoral nos condena. Los dados ya están echados: en Extremadura, por ejemplo, con la negativa del PSOE a 'prestar' algunos escaños para que el PP pueda gobernar sin Vox, el partido que hoy gobierna en España ha dejado claras sus intenciones de futuro: nada de pactos transversales. La intención de La Moncloa es dejar al PP al pie de los caballos de Vox.

Ese posiblemente sea un error no tanto táctico y estratégico como patriótico, cuyas consecuencias ya conocen varios países europeos. Ahora, a quien le toca sacar conejos de la chistera, rodearse de asesores competentes, dar mensajes ilusionantes, hacer llegar a los ciudadanos un programa electoral coherente, hacer creer que tiene soluciones para la vivienda y para el futuro en general, es a Alberto Núñez Feijoo y a su partido. Porque para el PSOE ya pasó, pienso, la hora de poder hacer todo esto: no le va a bastar con el derroche en gasto social.

Es la hora de que la derecha, las derechas, nos muestren de lo que son capaces; increíblemente, y pese a su dominio territorial, hasta ahora no lo sabemos, pese al 'balance de fin de curso' que Feijoo hizo este lunes, un diagnóstico sobre la decadencia del PSOE, pero sin dar noticias sobre esas grandes, revolucionarias, soluciones que necesitamos. Así llegamos a lo que el propio Feijoo llamó "2026, el año del cambio en España". Cambio ¿a la derecha, señor Feijoo?¿O no todavía?

Contador

Contenido patrocinado

Foto del autor

Antonio Casado

Feijóo y el antisanchismo

Foto del autor

Fernando Jáuregui

2026, año de la(s) derecha(s)

Foto del autor

Rafael Torres

La baliza

Foto del autor

Luis Del Val

Propósito de no exagerar