Actualizado 28/04/2007 02:00

Fernando Jáuregui.- Un puente muy político

MADRID 28 Abr. (OTR/PRESS) -

Dicen en Tráfico -ellos sabrán cómo hacen estos números- que este fin de semana, que inaugura un puente especialmente largo en Madrid, habrá ocho millones largos de desplazamientos. Nos dan las estadísticas de muertes el año pasado, en puente similar, y empiezan ya a acollonarnos, como diría el maestro Luis María Anson. Pero lo más importante no son los mensajes agoreros que nos dicta Pere Navarro, ese peculiar director general de la cosa que Dios y el dedo zapateriano nos han deparado; lo significativo es que España revienta por las costuras, y eso es algo que se demuestra en cada oportunidad lúdica. No nos amargan tanto las funestas previsiones de lo que ocurrirá -ojalá no, ojalá podamos entre todos evitarlo- en las carreteras entre este viernes y el miércoles próximo, puesto que nos alegra la perspectiva de tres cuatro, días, pasados vacacionalmente: hoteles y restaurantes llenos, cines, acontecimientos deportivos y teatros a rebosar.

Y es que la verdad de las verdades es que hay dinero para gastar. España va bastante bien. Económicamente, al menos. Que políticamente, lo dicen las encuestas, la percepción es otra: escándalos urbanísticos, falsificación de papeletas de voto, demandas judiciales, y ahora esa polémica absurda, antijurídica, sobre la legalización del partido Acción Nacionalista Vasca, que es una legalización obligada, a mi juicio, tras el repudio de la violencia, esperanzador, que han hecho los responsables de esta formación histórica.

Así que hay que hablar de política, bien que lo siento, porque este fin de semana no será solamente de gozo en playas y montañas o de atascos en carretera; es un finde de marcado carácter político, en el que los candidatos van a poblar el país de carteles y actos públicos preelectorales, el presidente del Gobierno va a participar en nada menos que cuatro mítines -uno de ellos, en Navarra- y el de la oposición, algo similar. A ver qué mensajes nos transmiten, especialmente el primero. Porque con el discurso de 'España va bien' -tan abundantemente empleado por su antecesor, Aznar- ya no le basta a Zapatero: los españoles pedimos explicaciones acerca de lo que va mal, que no son las grandes cifras económicas -acerca de las pequeñas quizá habría que hablar algo más-.

A ver, también, qué nos dicen las voces oficiales sobre el relevo al frente de la CNMV, el peor trago sufrido por el Gobierno, a mi juicio, en sus tres años y tres semanas de andadura, o sobre la marcha de las cosas en el País Vasco, o sobre tantas cosas que no pueden quedar ocultas porque ocho millones de coches salgan en busca de un poco de aire, aire. En fin, prudencia.

Fernando Jáuregui.

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