MADRID 7 May. (OTR/PRESS) -
Hechas las adecuadas observaciones y repasados los resúmenes de lo expresado por cada uno de los dos líderes que se reunieron en la Moncloa el miércoles puede llegarse a la conclusión de que el resultado final, sin ser descorazonador, no es feliz. Hubo un par de resultados, sobre Grecia y las Cajas, pero, en el resto, pudo haberse logrado algo más que la exhibición de las desavenencias de cada cual, o el recordatorio de Rajoy, en terreno del adversario, de que él es la alternativa. También pudiera mencionarse, como resultado feliz, la disposición apenas sugerida por Rajoy de arrimar el hombro para resolver los problemas del país: "Si el Gobierno hace lo que tiene que hacer, el PP lo apoyará", llegó a decir. Mucho más énfasis puso en proclamar que "la situación es crítica" y que "aquí hay una alternativa"...
Posiblemente respiraron quienes, en el PP, no deseaban ningún gran acuerdo capaz de ayudar a Zapatero a salir del atolladero. Este jueves, el responsable de economía del PP, Cristóbal Montoro, calificaba, en una entrevista en la cadena SER, de regular e incluso malo el resultado de la reunión mantenida entre Rajoy y el presidente Zapatero en La Moncloa. Para Montoro, España es un "país de grandes capacidades" que se encuentra en una situación crítica por un Gobierno que no toma decisiones para reducir el déficit del Estado, el mayor de los problemas a los que se enfrenta el país, tal y como ya dijo ayer Rajoy, por lo que es necesario enviar "mensajes de más contenido" que el resultante ayer de la cita. Montoro restó importancia a las políticas de ayuntamientos y comunidades autónomas que afectan al gasto público y ha asegurado que Zapatero "no puede pedir a un alcalde o a un presidente regional que gobierne", porque está para otras cosas...
El diputado popular y ex ministro de Hacienda también restó importancia a lo que desde el Ejecutivo se ha calificado de "ataques especulativos" contra el euro y España, en referencia a los mínimos históricos que marcó la Bolsa de Madrid en los últimos días tras los rumores que ponían en duda la solvencia de la deuda. El responsable de economía del PP aseguró que "eso que llamamos 'los mercados' son nuestros deudores, que nos han dejado mucho dinero en los últimos años, y ahora lo que hacen es analizar las posibilidades de que les sea devuelto".
También ha analizado los resultados del encuentro el líder de CiU, Artur Mas, en TVE. Mas aseguró que el Gobierno "no puede pretender que la oposición le saque las castañas del fuego". Como otros dirigentes nacionalistas, Mas se mostró muy disgustado porque Gobierno y oposición pacten una remodelación de la Ley de Cajas sin contar con las comunidades autónomas, que tienen competencias en la materia. Sin embargo, también criticó la actitud de la oposición "está esperando a que el PSOE se cueza a fuego lento", dijo. El líder de la oposición en Cataluña cree que de Zapatero "se espera que se la juegue, que trace un plan que puede disgustar a algunos", algo en lo que no confía porque "hemos pasado del 'no hay crisis' al "ya nos estamos recuperando". Y en medio 4,5 millones de parados", ha concluido. Su compañero de coalición, Durán i Lleida ha sido incluso más crítico, al lamentar la poca ambición y escaso sentido del Estado de no haber llegar a un gran acuerdo efectivo y urgente para superar la crisis y generar la confianza interna y externa que la economía necesita. CiU insiste en reclamar reformas estructurales sobre el mercado laboral, el adelgazamiento de la administración pública y la reducción del déficit público. Durán, como Mas, Ridao o Joan Herrera, considera invasión de competencias autonómicas la reforma de las Cajas que se anuncia y ven en ella un intento de centralizar y privatizar, o bancarizar las cajas, en detrimento de las autonomías. Insuficiente y a veces mal, pudiéramos concluir como resumen de la esperadístima, y acaso frustrada, entrevista.