Actualizado 05/03/2007 01:00

Lorenzo Bernaldo de Quirós.- El caso Delfhi

MADRID 5 Mar. (OTR/PRESS) -

La compañía norteamericana Delphi, fabricante de componentes, ha decidido cerrar su planta de Cádiz. Alrededor de 1.500 trabajadores perderán sus empleos en el mayor cierre empresarial registrado en esa provincia. Como siempre, los políticos, los sindicatos y el Gobierno rechazan esa decisión y acusan a la empresa de haberse aprovechado de las subvenciones de la Junta de Andalucía. Nadie tiene en cuenta que Delphi acumula pérdidas de unos 150 millones de euros, que está inmersa en un proceso de suspensión de pagos en América y que registraba una altísima tasa de absentismo laboral en sus instalaciones andaluzas. Los americanos se han hartado de perder dinero y han hecho el petate.

Sin duda es una pena que más de mil personas se queden sin trabajo, pero también lo es que una empresa genere un agujero económico considerable porque sus niveles de productividad y competitividad son bajos, entre otras cosas, porque un alto porcentaje de la fuerza laboral no da un palo al agua. Era anormal que las tasas de absentismo en Delphi fuesen entre tres y cuatro veces superiores a las de la media nacional. Ante este panorama y en un escenario de competencia global, la planta de Cádiz carecía de futuro y estaba abocada a su desaparición. Estas son las reglas del mercado. Ampararse en las subvenciones recibidas de la Junta es una broma. Estas han sido de unos 60 millones de euros en casi dos décadas, esto es, menos del 5 por 100 de las inversiones totales realizadas por la corporación estadounidense.

En un mercado abierto y global, las empresas tienen y han de tener libertad para entrar y salir de los países. En este contexto, los intentos de evitar que Delhi abandone Andalucía son estériles y además contraproducentes. Si los poderes públicos ponen obstáculos a la salida de inversiones extranjeras no lograrán su objetivo y sólo conseguirán desanimar a las que podrían acudir. Si Andalucía quiere evitar 'casos Delphi', la solución es crear las condiciones adecuadas para atraer capitales del exterior. Obviamente, ese entorno no existe y los resultados están a la vista. La cultura del intervencionismo y de las subvenciones adoptada por el Gobierno Chaves no es el camino y nunca lo ha sido para crecer, generar riqueza y puestos de trabajo.

Lorenzo Bernaldo de Quirós

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