MADRID 12 Dic. (OTR/PRESS) -
Parece que los honestos dirigentes del PSOE -políticos que lo dan todo, como dicen los futbolistas- nombren a otros dirigentes, que parecían tan honestos como son ellos, y luego resulta que son todos unos sinvergüenzas. No me extrañó la expresión triste de Pedro I, El Mentiroso, cuando reconoció que, como persona, no conocía nada de José Luis Ábalos, hoy en la cárcel, a la espera de si los 24 años que le piden de prisión, sean rebajados un par de lustros, que tampoco es un horizonte muy optimista.
Es verdad que los ladrones no salen a la calle con una linterna sorda, un antifaz y una gorra calada, pero a las personas normales nos basta, a veces, un viaje de fin de semana con alguien para que aparezcan las impaciencias, los detalles de egoísmo, las avaricias, la generosidad, la alegría o la melancolía. Y, eso, sin estudios. Que un doctor en Economía -aunque fuera con una tesis con plagios, es decir, fraudulenta- desconozca cómo son las personas que nombra para altas responsabilidades, habiéndolas tratado durante años, y a diario, nos hace temer, no ya por sus repetidos errores, sino por su inteligencia.
Mi último desasosiego es que, tras ser detenido uno de los presidentes de la Sociedad Española de Participaciones Industriales -que canalizó las ayudas a las empresas- aparezcan, en el rescate de Air Europa, nuevos detalles de la influencia de doña Begoña Gómez y su posible implicación. Espero que no sea así, porque no estoy preparado, nada preparado, para escuchar a Pedro I, El Mentiroso, con semblante compungido, decir que, personalmente, no conocía a su esposa y madre de sus hijos. Ya me he quedado estupefacto en un par de ocasiones, pero eso superaría cualquier experiencia anterior, y temo por mi salud.
La ministra de Hacienda, excelentísima señora doña María Jesús Montero, tampoco conocía como persona a Vicente Fernández, con quién le unía una amistad que data de los tiempos en que doña María Jesús formaba parte de la Junta de Andalucía. Pero nunca supo que su recomendado para presidir la SEPI era tan ahorrador como para acumular 5 millones de euros.
Una vez dijo Alfonso Guerra, con gracejo simpático, que a España no la iba a conocer ni la madre que la parió. Bueno, a este paso, del PSOE no se va a conocer, ni quién fue su padre, aunque ya sospechamos quiénes van a ser los que destrocen al partido... hasta la derrota final.