Actualizado 11/09/2007 02:00

Rafael Torres.- El débil poder del dinero

MADRID 11 Sep. (OTR/PRESS) -

La confirmación de que Vincent Van Gogh pintó cuadros maravillosos, a falta de lienzos, sobre cualquier cosa, papel, cartón, e incluso sobre manteles y trapos que hurtaba de la cocina del psiquiátrico donde estuvo recluído, debería recordar a los políticos en general, y a los que gobiernan en particular, que las pelas no lo son todo, y que cuando hay talento, decencia, buen gusto, ganas de contribuir al mejoramiento de la sociedad y voluntad política, se puede afrontar la realidad y sus problemas con muchísimas posibilidades de éxito.

No hace falta mucho dinero, sino un uso exhaustivo, honrado y razonable de los medios de los que ya se dispone, para erradicar el vandalismo de las ciudades, la trata de blancas y de todos los colores, el alcoholismo juvenil que nos augura una generación venidera cirrótica y perturbada, o el despotismo nada ilustrado de tantos alcaldazos, consejeros y demás reyezuelos enquistados en la democracia. No hace falta rascarse mucho el bolsillo para educar, para refinar a la ciudadanía en su exclusivo beneficio, para desterrar de los anaqueles la comida basura, de los campos a los escopeteros, alimañeros y furtivos, de los ríos y playas las aguas residuales.

Ni para repartir mejor la riqueza y el ascenso en la escala social por mérito, esfuerzo y facultades, ni para frenar la invasión devastadora del automóvil y modo de vida americano. Para ser más felices no hace falta más dinero, pero sí salarios dignos, menos usura, viviendas asequibles, buena sanidad pública y ayudas del Estado a quienes las precisan. Por desgracia, de nada de eso, esto es, del arte de vivir, se hablará en la campaña que ya calienta motores con su ruido característico y sus emisiones de gases.

Rafael Torres

Contenido patrocinado

Foto del autor

Francisco Muro de Iscar

Váyase ya, señor Sánchez

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Con la Iglesia has topado, amigo Sánchez

Foto del autor

Victoria Lafora

¡Qué vergüenza!

Foto del autor

Carmen Tomás

Ellos se forraban y tú pagabas