Actualizado 10/05/2012 14:00

Rafael Torres.- Al margen.- Los tres problemas de Grecia.

MADRID 10 May. (OTR/PRESS) -

Grecia tiene un problema fundamental, los griegos, pero ésto es casi lo único que la emparenta con España, con Rusia, con Argentina o con Indonesia, cuyo problema fundamental es, respectivamente, los españoles, los rusos, los argentinos y los indonesios. Todos los países del mundo tienen el mismo problema fundamental, sus nacionales, pero Grecia tiene otros dos que, aunque algo más coyunturales, son los que salen en los periódicos: su desastrosa economía y el partido nazi Aurora Dorada que acaba de sentar a 21 de los suyos en el nuevo Parlamento de Atenas.

Muy mal tiene que andar Grecia, en efecto, para que medio millón de griegos, el 7 por ciento del electorado, se haya decantado abiertamente por una banda de facinerosos, cual demostraron ser en la primera rueda de prensa que ofreció su cabecilla, Nikolaos Mijaloliakos, tras el, para ellos, espléndido resultado electoral: obligaron a los periodistas a ponerse en pie, en señal de sumisión, cuando el tal Nikolaos entró en la sala de prensa, y a los pocos que se negaron, los matones les sacaron a empujones del recinto. Muy mal, mucho peor de lo que sugieren sus indicadores económicos, debe andar un país europeo, otrora cuna de la civilización, cuando, tras el alucinante suceso descrito, la policía no se personó en el lugar ni detuvo a esos epígonos de los mayores genocidas del siglo XX.

Es cierto que el pasmo, el estupor que les produjo a los informadores la orden de levantarse, expresada en los brutales e imperativos términos que vemos en el vídeo que pasaron los noticiarios de la televisión, provocó que la mayoría de éstos se sometieran a ella, pero no lo es menos que el hecho de que lo hicieran, aunque sólo hubieran sido un par de ellos, revela un aspecto del estado, del lamentable estado, de la profesión. Ese, permítaseme la expresión, acojonamiento de los periodistas ante Aurora Dorada y su caudillo, habla, empero, no tanto de su cobardía como de su desamparo institucional, laboral y social, un desamparo que describe bien, por lo demás, el desamparo de la sociedad. Ocurrió en Grecia. Aquí al lado.

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