Actualizado 15/06/2007 02:00

Ramón Pi.- Desde la libertad.- La otra

MADRID 15 Jun. (OTR/PRESS) -

La vicepresidenta del Gobierno se ha enfadado mucho porque, en una conversación privada que los micrófonos de la agencia Efe robaron y difundieron, Mariano Rajoy se refirió a ella como "la otra". Rajoy mencionaba la sorpresa de Rodríguez cuando el Partido Popular le tendió una mano de apoyo para derrotar juntos a la ETA, y añadió que "la otra", que tenía preparado otro discurso diferente, hubo de recomponer sus declaraciones deprisa y corriendo y le salió una cosa rara. Estaba meridianamente claro que "el uno" se quedó sorprendido, y "la otra" hizo unas declaraciones raras, porque "el uno" no quiso salir a comerse el marrón y se lo dio a comer a "la otra", como, por otra parte, suele hacer cuando se queda desconcertado y no sabe por dónde le viene el aire.

Pero "la otra" se ha sentido ofendida por ese modo de referirse a ella en una conversación no destinada a hacerse pública. Por lo visto no se satisface si no se la llama "la excelentísima señora doña María Teresa Fernández de la Vega y Sanz, vicepresidenta primera del Gobierno de España, así como ministra de la Presidencia" o algo expresivo de parecido respeto y acatamiento.

El episodio no pasaría de ser una reacción cursi de una señora muy picajosa y susceptible, de no ser por un detalle curioso: la excelentísima se ha ofendido porque le ha parecido que llamarla "la otra" es una muestra de misoginia. ¿Por qué misoginia? ¡Ah!, eso queda en el arcano de la peculiar mentalidad de la excelentísima, que ha reprochado también a la expresión falta de educación democrática. Anda, ahora nos enteramos de que todo aquello de "Su Excelencia el Jefe del Estado" tenía mucha educación democrática. Nunca se acaba de aprender.

Ramón Pi.

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