Actualizado 31/03/2017 08:50

Italia: ¿la última sorpresa del año?


Por Daniel Álvarez, MADRID, 25 Nov. (OTR/PRESS) -

En este 2016 tan complicado que llevamos, con sorpresas políticas constantes, nos acercamos al que seguramente sea el último gran acontecimiento del año. Efectivamente, el próximo domingo, día 4 de diciembre, se votará en Italia el referéndum para modificar la constitución, con el objetivo de que un "sí" permita agilizar el complicado sistema legislativo nacional y, de ese modo, emprender las reformas económicas que se necesitan habida cuenta de la aguda crisis financiera que está atravesando el país.

Sin embargo, mientras que en años anteriores esto hubiese sido un trámite, ahora mismo parece probable que los movimientos populistas que se oponen a las reformas se movilicen masivamente, y que el "no" sea finalmente la opción preferida. El hecho de que el Primer Ministro, Matteo Renzi, haya hecho de este referéndum una especie de plebiscito sobre su continuidad en el cargo -grave error en los tiempos que corren, en mi opinión- ha incrementado la tensión, y ha generado que muchos italianos puedan votar "no" a modo de castigo a la gestión del político, sin valorar las consecuencias de esta decisión.

Y es que Italia está en una situación económica muy difícil. El riesgo político está afectando el precio de las acciones y de los bonos. En lo que llevamos de 2016, el índice de referencia FTSE MIB de la Bolsa de Milán ha caído un 23%, cotizando actualmente en niveles del año 2013. Pero el verdadero problema radica en el sector bancario, donde las principales entidades del país (Unicredit, Banca Popolare di Milano, Banco Monte dei Paschi di Siena) han caído más de un 60%. Los elevadísimos ratios de morosidad que sufren estos bancos urgen de una recapitalización de billones de dólares que se presume complicada y que requerirá de medidas de choque.

Italia tiene un complejo engranaje legislativo que se requiere simplificar para agilizar la adopción de medidas rápidas ante situaciones de crisis. En la actualidad, existe un bicameralismo perfecto a partir del cual el Senado tiene potestad legislativa y, para sancionar una ley, tanto el Congreso como el Senado deben aprobarla mayoritariamente, ralentizando el proceso y posibilitando que una de las dos cámaras pueda vetar cualquier medida. El cambio de este modelo hacia algo más similar a lo que existe en España, quitando responsabilidad legislativa al Senado y reduciendo considerablemente su tamaño y su presupuesto, es una de las principales implicaciones de la votación del próximo día 4.

Un "no" a los cambios provocaría, con toda probabilidad, una mayor desconfianza económica hacia el país transalpino, que podría ver nuevamente la yield de sus bonos disparada, encareciéndose considerablemente su acceso a los mercados de deuda, es decir, su "riesgo-país", tal y como vimos durante la crisis de deuda europea del pasado 2012. La amenaza de la recesión salpicaría además al resto de Europa, de una manera quizás más grave que el "Brexit", al menos, en el corto plazo, y sumiría al país de la bota en su enésima crisis de Gobierno.

En mercados, el triunfo del "no" supondría previsibles caídas de los activos de riesgo, es decir, bajadas en las Bolsas europeas y en el euro, afianzando una tendencia bajista que, desde mi punto de vista, no cesará hasta encontrar la paridad con el dólar. Estados Unidos podría beneficiarse pues, ante la convulsa situación europea y la incertidumbre que existe sobre las economías emergentes, vemos muchas "manos fuertes" posicionadas en mercados americanos que podrían incrementar aún más su exposición. Por su parte, una victoria del "sí" implicaría cierto alivio, y movimientos alcistas en renta variable europea, amén de un presumible rebote en la valoración del euro.

De cualquier modo, que Renzi diera tintes políticos a este referéndum, unido al cada vez más popular euroescepticismo -ocupan el mismo grupo político en el Parlamento Europeo que el UKIP británico- del Movimiento 5 estrellas y al eterno desencanto de los italianos con sus líderes políticos pintan nuevamente un escenario poco halagüeño. Las últimas encuestas ponen al "no" por delante con una ventaja de 4 puntos sobre los partidarios de la reforma constitucional, pero con un alto porcentaje de indecisos. En cualquier caso, teniendo en cuenta los precedentes de este año, ante un resultado ajustado no parece que esto tenga ninguna relevancia.

Daniel Alvarez, manager institucional de X Open Hub con sede en Londres