MADRID, 12 Ene. (Portaltic) -
Los usuarios a los que se separa forzosamente de sus iPhones mientras realizan una tarea tan normal como una sopa de letras tienen niveles de ansiedad y de incomodidad más altos de lo normal, además de obtener peores resultados resolviendo este pasatiempo que quienes pueden tener su teléfono móvil a mano.
Estos han sido los resultados de un estudio realizado por las universidades de Missouri, Oklahoma e Indiana titulado The Extended iSelf en el que el objetivo era estudiar la respuesta de los propietarios de un 'smartphone' de Apple cuando se les separa de sus dispositivos o se les impide contestar a llamadas o mensajes.
Para ello, los investigadores seleccionaron a un gran grupo de estudiantes de Periodismo de universidades del medio oeste de Estados Unidos para que participaran en una encuesta 'online' sobre el uso que le daban a sus terminales móviles, así como qué significado tenían en su vida diaria. De ahí, se seleccionó sólo a aquellos que marcaran que tenían un iPhone para la siguiente prueba del experimento en la que se seleccionó a un grupo de 40 individuos.
Cada 30 minutos, cada uno de los 40 estudiantes tenían que acudir a un laboratorio para completar una sopa de letras en la que tenían que encontrar el nombre de los 50 estados que conforman los Estados Unidos con un pequeño 'handicap': no podían contestar a sus teléfonos.
NO SIN MI IPHONE
Durante la prueba, los investigadores hacían que los teléfonos sonansen para que su propietario lo escuchase. En esos casos, los niveles de ansiedad de los sujetos se elevaban, así como su presión sanguínea y preocupación, mientras que la cognición y la auto percepción disminuían. Esto tenía como resultado que, aquellos a quienes no se les permitía contestar al iPhone, obtuvieran peores resultados en la resolución de la sopa de letras.
Este fenómeno se conoce como nomofobia, que deriva de las palabras inglesas "no", "mobile phone" y "phobia", es decir, miedo a no tener el teléfono móvil.
Según los investigadores, este experimento demuestra que, aunque las distracciones no son buenas, no ser capaces de responder al teléfono puede ser peor aún en los estudios o el propio trabajo y en la interacción con otros individuos del entorno debido a esa ansiedad generada por la nomofobia.