MADRID, 1 Jul. (Portaltic) -
Primero fue Enrique Iglesias y ahora una mujer en el defile del Orgullo Gay en Seattle. Así comenzaba Terminator. Bromas aparte, un accidente sufrido en la ciudad estadounidense deja claro que es necesaria la regulación del uso de drones en urbes.
Una mujer quedó inconsciente después de que un dron chocase contra un edificio y después cayese encima de un grupo de gente. Su novio la cogió mientras caía y un bombero fuera de servicio ayudó a atenderla y llamó a la Policía, tal y como ha contado el propio departamento de la ciudad.
El incidente se produjo en el cruce de la cuarta avenida con Madison y algunos testigos vieron que el piloto del dron era un joven de unos 20 años con barba de tres días, con gorra de béisbol, gafas de sol, pantalones cortos y un tatuaje "muy visible" de una mujer en su cuerpo.
El dron accidentado pesa cerca de un kilo y está valorado en unos 1.200 dólares. Su dueño se presentó ante la policía poco después del accidente para hacerse responsable de lo sucedido y ahora las autoridades tendrán que decidir si se presentan cargos.
En Estados Unidos el uso de drones está regulado por la Federal Aviation Administration (FAA) y está permitido su uso con fines lúdicos, siempre que se respeten ciertas normas de seguridad, como no volar cerca de personas y obstáculos como edificios. Evidentemente, el joven piloto no las cumplió.
En España, el uso de drones con fines profesionales está regulado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que prohíbe el uso libre de estos aparatos con fines comerciales. En caso de un uso lúdico, es similar a EEUU: no pueden volar a más de 100 metros de altura, lugares hábitados o núcleos urbanos.
