MADRID, 12 Dic. (Álvaro Velasco/Portaltic) -
Esta semana los seriéfilos han recibido buenas noticias con la llegada de Movistar series. Se trata de nuevo canal integrado en Movistar TV que la compañía de telecomunicaciones pone al alcance de los usuarios por siete euros al mes. Vamos, por el precio de un cubata en el centro de Madrid. Cierto, exagero. Para pedir una copa en el centro de Madrid hay que ir avalado por un banco. Esta oferta, la del canal no la de las copas, se suma a la ya existente de Canal+ series con un año de vida y en pleno rendimiento.
Movistar TV es el servicio de suscripción a series más ambicioso de nuestro país. De esta forma y con mucho margen de tiempo, Movistar recibirá con fortaleza la más que probable llegada de Netflix a España en 2015 como parte de su expansión europea, que de llegar probablemente no lo hará con el inmenso catálogo que tiene en Estados Unidos debido al reparto de derechos de autor en nuestro país.
Es para congratularse. Soy un gran seriéfilo; siempre sigo al menos unas ocho o diez de forma simultánea más los atracones que me pego algunos días. He llegado a ventilarme la primera temporada de The Americans en un domingo. La existencia de estos dos canales no hace sino refrendar lo que muchos llevamos defendiendo desde hace tiempo: Las series USA son básicas para la supervivencia de la televisión de pago.
Los derechos deportivos han resultado en muchos casos un lastre económico para estas empresas y el cine de estreno no es tan llamativo y no fideliza tanto como una buena serie. Fox, TNT, Calle 13 o Cosmo se han especializado en emitir sus series y cada vez menos cine. De hecho, Fox con The Walking Dead fue de las primeras cadenas que emitió el capítulo en España al día siguiente de su visionado al otro lado del Atlántico.
Sin series no hay juego. Es la conclusión a la que todos podemos llegar tras el nacimiento del canal. Pero no de cualquier manera. Es aquí donde los dos principales actores de tele por cable como son Canal+ y Movistar se han dado cuenta de que han de hacerlo bien. Muchas de sus series se estrenan en esta plataforma 24 horas después del estreno en Estados Unidos con la opción de verlas en castellano (para mí una ofensa) o en inglés subtitulado. Y en HD, por supuesto.
Con la velocidad actual de la información, esperar una semana por un nuevo capítulo, por ejemplo de Homeland, es una locura. ¡No puedo estar más de un día sin saber lo que le ha pasado a la loca de Claire Matheson! Y es uno de los puntos que ha tenido en cuenta Movistar para su servicio, más allá de la nutrida oferta disponible.
El catálogo con el que parten no está mal: Rectify, Masters of Sex, Penny Dreadful, Outlander, The Shield, The Affair, Transparent, Gracepoint, Alpha House, American Crime y Better Call Saul. Entre esta lista hay al menos tres o cuatro productos sobresalientes. Para mí, Outlander es una de las revelaciones del año y Penny Dreadful está bastante bien. Aunque irán adquiriendo más cantidad de productos. De hecho, que Movistar y Canal+ compitan por tener las mejores series al que más beneficia es a sus usuarios.
El inicio es prometedor y ya solo falta que vayan un paso más allá. El que hace mucho han dado en Estados Unidos: la producción propia. Ha habido pequeños intentos, como Crematorio en Canal+. Mejor o peor guión, Crematorio ha sido una de las series mejor realizadas en este país en este siglo. Dar este paso supondría un valor diferencial, crear productos bajo la misma marca y entrar en el mercado del merchandising, tan lucrativo con muchas series. Si lo hacen, seguro que serán buenos productos muy alejados de lo que hacen las cadenas generalistas. En los últimos tres o cuatro años sólo he visto una serie española. Me guardo el nombre.