MADRID, 23 Dic. (Portaltic/EP) -
Ya llegó la Navidad y no sólo porque lo diga el anuncio de la lotería. En estas fechas, las calles se engalanan con luces y todo se tiñe de un ambiente festivo. Incluso, los estudios científicos de Newscientist.com, que publican un artículo explicando que la nariz de los renos sí que brilla realmente, aunque no para ayudar a Papá Noel en las noches de niebla y únicamente en imágenes captadas por cámaras térmicas.
Según este estudio, la razón por la que se dice que el hocico de estos mamíferos resplandece es porque su sistema circulatorio bombea la sangre caliente hacia la nariz para que ésta no deje de ser lo suficientemente sensible al olfato de su alimento y no mueran de inanición, debido a su gélido hábitat. Además, esto también es útil para los renos a la hora de escapar de sus depredadores ya que así se evita que el cerebro se sobrecaliente.
Conforme a las leyendas navideñas, los renos que tiraban del trineo de Santa Claus se burlaban de Rudolph por ser el único de su especie que tenía la nariz roja. Pues resulta que Trueno, Relámpago, Bromista, Cupido, Cometa, Alegre, Bailarín y Saltarín deberían dejar de meterse con el pobre Rudolph e ir a hacerse un chequeo médico para averiguar por qué sus hocicos no brillan.
Como curiosidad, si observásemos más animales con una cámara térmica, podríamos comprobar que no todos los mamíferos tienen sus hocicos calientes. Las narices de estas especies suelen tener la característica de ser frías y húmedas y, en caso contrario, sería un indicativo de que nuestra mascota está incubando un virús.
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- Newscientist.com.