MADRID, 25 Sep. (Portaltic/EP) -
Mark Zuckerberg, el creador de la gran red social Facebook encargada de unir amistades en todo el mundo, podría quedarse pronto sin amigos en su vecindario. Esta paradoja cobra sentido en el barrio de Dolores Heights donde tiene establecida su residencia Zuckerberg y su esposa, Priscilla Chan. Al parecer, las interminables obras de la casa sumado al ruido incesante y los problemas de estacionamiento en la calle han hecho estallar la paciencia de sus vecinos.
La residencia del CEO de Facebook, una antigua mansión que data de 1920, está ubicada en una zona residencial de San Francisco, en California. La vivienda valorada en 10 millones de dólares se encuentra en perfecta armonía con el entorno, en un barrio tranquilo y de gente acomodada que, en los últimos meses, están siendo víctimas de los caprichos del fundador de la red.
La obra que comenzó en abril de 2013 continúa a pleno rendimiento 17 meses después. Varios vecinos han asegurado que el CEO de Facebook está "construyendo una fortaleza" y no han tardado en hacer público su malestar.
Prácticamente al unísono, los vecinos se han quejado del insoportable ruido de las obras y la ausencia de plazas de aparcamiento en sus calles. Incluso han llegado a asegurar haber visto coches estacionados durante la noche ocupados por los propios operarios, de tal manera que bloqueaban 4 ó 5 plazas de aparcamiento para facilitar el tránsito de camiones con material de obra a la mañana siguiente. "La mayoría de los trabajadores eran jóvenes, y uno parecía estudiar de un libro de texto de la universidad", explican desde CBS San Francisco.
Según los registros públicos mencionados por los medios locales, los contratistas de Zuckerberg han tramitado al menos diez permisos de construcción por algunos millones de dólares, entre los que figuran el permiso para modificar la cocina y los seis baños por un total de 60 mil dólares. A estos hay que añadir 720 mil dólares invertidos para crear una habitación multimedia, un vestidor, un bar, un cuarto de lavandería, además de la remodelación completa de tres plantas.
Esta pesadilla está prevista que finalice en la primavera de 2015, por lo que Mark Zuckerberg dispone de tiempo necesario para pensar cómo recompensar la paciencia de sus vecinos si es que para entonces sobrevive alguno.