Periodistas: Jodidos, desprestigiados y extrañamente felices

Actualizado: miércoles, 16 abril 2014 15:24
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MADRID, 16 Abr. (Carlos Hergueta/Portaltic) -

   Los periodistas cada vez lo tenemos peor, o eso indican los estudios sobre la situación y la percepción de la profesión. El negocio está inmerso en un intenso proceso de transformación en esta era digital y en plena crisis económica, lo que ha hecho que proliferen los despidos, los bajos sueldos y empeoren las condiciones laborales.

   De esta forma, estos días se ha hecho público un estudio -realizado en Estados Unidos, pero bastante cercano a la realidad de la profesión en España- que deja claro que ser periodista no es un camino de rosas hoy en día y que el futuro no pinta nada bien.

   Según el análisis de una web de búsqueda de empleo con datos de la Oficina de Empleo de Estados Unidos, periodista -en un medio escrito- es la segunda peor profesión actualmente, únicamente seguida por leñador, en un 'ranking' de 200 profesiones. Los bajos sueldos, las tasas de empleo, los niveles de estrés, el salario y ambiente en el trabajo empujan a esta profesión a la zona abisal de la tabla.

   Más allá de los resultados económicos de las empresas y los ERES, aquellos que tienen la fortuna de trabajar como periodistas, cada vez tienen que hacer más con menos y más rápido; el que puede hacer Periodismo, el de verdad que aprendió en la facultad, es una "rara avis".

   Por un lado, eso genera frustración en el periodista, pero además es un tipo de profesional expuesto a la opinión del público, del que se espera que sea el "cuarto poder", que sea independiente, que defienda al ciudadano, que no se le cuele ni una errata, que contraste la información por varias vías distintas.

   Además, mientras se critican muchas cosas del actual ejercicio del Periodismo, los lectores que acceden -gratis, por cierto- a las noticias online EXIGEN que todo sea instantáneo. Como si no costase dinero, esfuerzo y tiempo. Pero, eso sí, de pagar por una información de calidad, ni hablemos.

   Con este desalentador panorama, la ciudadanía no ve con buenos ojos al periodista, al que seguramente considere un títere del poder. El barómetro del CIS de febrero de 2013 lo dejó bastante claro y situó a los periodistas como los segundos profesionales peor valorados de España (con una puntuación que rozaba el 6 sobre 10), justo después de los jueces, que son los que se llevaron la peor parte.

   El Periodismo es una profesión vocacional, que a veces se busca o a veces se encuentra por casualidad, que algunos estudian en la facultad y otros, después de haber cursado otros estudios, aprenden con el ejercicio. Y una vez alcanzado ese objetivo se disfruta. Y parece que se disfruta mucho.

   Por eso, a pesar de estar las cosas como están, el periodista, el que tiene la suerte de poder trabajar, es uno de los profesionales más felices de España junto con bomberos, maestros e ingenieros, según la IV Encuesta Adecco La Felicidad en el Trabajo publicada en enero de 2014.

   La opinión del público sobre los periodistas seguramente no cambiará, a pesar de lo muy necesaria que pueda ser la profesión; tampoco tiene pinta de que vaya a mejorar la situación laboral, puesto que según los datos de la Oficina de Empleo en EEUU, las perspectivas de conseguir empleo en el mundo del Periodismo bajarán un 13 por ciento para 2022... ¿Durará siempre la felicidad?

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