MADRID 18 Mar. (Carlos Hergueta/Portaltic) -
"Zeus, tu hijo ha vuelto y trae la destrucción del Olimpo". Con estas palabras Kratos puso punto y final a su segunda aventura en Playstation 2 y son las mismas con las que arranca la primera en PS3. 'God of War III' es el épico y brutal cierre de la trilogía, que llega cargado de odio, sangre y anhelo de venganza. Nada detendrá al Fantasma de Esparta.
Lo mejor:
- Un motor gráfico imponente: personajes enormes, fluido y cargado de detalles.
- Apartado sonoro brillante, tanto en cuanto al doblaje como a la banda sonora.
- Desarrollo divertido y equilibrado: vertiginosos combates con cambio dinámico de armas aderezados con puzles y saltos.
Lo peor:
- Es algo corto. La aventura dura 9 horas y no hay demasiados extras.
- Los muy comentados niveles sobre titanes tienen menos presencia de la que esperábamos.
- Las armas de Kratos son estéticamente muy parecidas entre sí.
'God of War III' puede presumir de haber marcado la senda de los 'hack'n slash', puliendo la fórmula hasta la excelencia. El desarrollo de peleas, puzles y saltos vuelve inalterado con esta tercera parte, además de traer nuevas armas, algunas novedades en el combate y un nuevo y apabullante apartado técnico.
Todo comienza donde se quedó hace tres años: Kartos subido en la titán Gaia al pie del Monte Olimpo. Los dioses Zeus, Hermes, Hades y Poseidón aguardan en la cima dispuestos a hacerles frente. El asedio tiene una terrible consecuencia para Kratos, que pierde parte de sus poderes y de su vida.
Así es como arranca el clásico planteamiento de muchos videojuegos: evolución de las habilidades del personaje y adquisición de nuevos poderes y armas. Contamos con tres barras: vida, magia y objetos, que vamos aumentando de nivel.
A medida que avanza 'God of War III' conseguimos hasta cuatro armas, siendo las espadas del exilio las primeras y principales. Las otras dos son muy similares -Cadenas con cuchillas- y las últimas son los guantes de Heracles, unos puños con forma de cabeza de león. Al margen de estos últimos, el aspecto de las otras tres armas son demasiado parecidos y no habría estado mal más variedad.
En todo caso, cada una tiene resultados diferentes y es conveniente alternarlas según el tipo de combate, tamaño y número de enemigos, etc... Además, contamos con una quinta arma, la Espada del Olimpo, que invocamos como un ataque especial con el que somos más poderosos durante un tiempo. Por último, mencionar que cada arma tiene asociada una magia distinta que utilizamos pulsando R2.
Ahora podemos cambiar de forma dinámica las armas durante la lucha lo que ofrece más posibilidades y dinamismo a los combates. También tenemos a nuestra disposición armas secundarias y arrojadizas, como un arco que lanza flechas de fuego o la cabeza del Dios Helios, que nos sirve de linterna.
Con las almas que vamos recogiendo de los enemigos caídos o los cofres rojos podemos evolucionar nuestros objetos de destrucción. Cada nuevo nivel nos permite ganar nuevos combos y mayor daño, lo que mantiene al jugador en un constante viaje de aprendizaje de combinaciones de botones.
ENEMIGOS.
En cuanto a los enemigos, muchos repiten presencia en 'God of War III' y si por algo destacan es por aparecer en mayor número. Hay centauros, sirenas, esqueletos andantes, arpías, medusas, estatuas de piedra, faunos, almas errantes... Cada uno tiene sus mecánicas, aguante y poderes, que exigen aprendizaje.
QUICK TIME EVENTS.
Además de a base de golpes, a todos les podemos finalizar con el botón círculo. Aunque en el caso de los enemigos menores esto es un agarre -que nos permite lanzarlos, despedazarlos o utilizarlos de ariete-, en el caso de los más grandes se desencadena un 'quick time event', una de las señas de identidad de 'God of War'.
Estas secuencias incluyen la pulsación de círculo, cuadrado, X y triángulo, además de trazar mediaslunas o vueltas completas del 'stick'. Los botones aparecen en la pantalla según su disposición en el mando, lo que nos permite pulsar de forma totalmente intuitiva y disfrutar, mientras, de los impresionantes despliegues de crueldad que protagoniza.
Toda esta variedad de acciones, armas, magias y secuencias interactivas componen un sistema de combate que no deja un segundo para el aburrimiento gracias, también, a las maniobras defensivas (Cubrirnos o rodar).
No podemos dejar de mencionar el carácter adulto del juego debido a su increíble nivel de violencia. La sangre fluye a chorros con cada corte y las maneras de Kratos son las propias de un auténtico sádico. Las amputaciones son para el espartano tan habituales como el respirar y el nuevo apartado gráfico les confiere una espectacularidad espeluznante.
Los abundantes combates dejan alrededor de un tercio del juego a las zonas de plataformas y los puzles. Éstos últimos se basan en movimientos normalmente en pulsación de botones y movimientos de bloques; y los resolvemos en una única habitación. Ni complicados, ni brillantes. Cumplidores. Las zonas de plataformas tampoco sorprenden. Tenemos a nuestra disposición un salto doble, planeo mediante alas y puntos en los que enganchar nuestras cadenas para balancearnos.
GRÁFICOS.
Adam Puhl, responsable de los combates del juego, nos contó en una entrevista que en 'God of War III' narrarían el argumento con escenas 'in game' en lugar de CGIs y con mejores resultados. Adam no mentía.
El diseño general y la expresividad facial de Kratos son absolutamente espectaculares y las texturas y las sombras le otorgan una credibilidad asombrosa. Tampoco desmerecen las animaciones, especialmente durante los 'quick time events'.
La cosa no cambia alrededor de Kartos; la fluidez del motor gráfico es una de las primeras cosas que llama la atención de nuestros ojos, ya que se mantiene casi en todo momento a 60 cuadros por segundo. Además, los escenarios tienen un tamaño inmenso, un gran nivel de detalle y una profundidad de campo asombrosa.
También es fácil quedarse embobado con la calidad de las texturas, los brillos de las superficies y los efectos de luz. El perfil de las sombras en tiempo real tienen una nitidez absoluta, los haces iluminan motas en el aire y los reflejos varían en intensidad según la fuente.
Mención aparte se merecen los titanes de los que tanto se ha hablado. En ocasiones sirven de escenario por el que se mueve Kratos -menos de las esperadas-, otras veces son el fondo de la escena e incluso llegan a ser nuestros enemigos. Sea cuando sea, son un espectáculo para la vista por su tamaño y sus realistas movimientos.
La pregunta del millón: ¿Está 'GoW III' a la altura de 'Uncharted 2'? Lo está y en algunos aspectos lo supera. Sin duda estamos ante un nuevo espejo en el que deben mirarse el resto de futuros juegos que lleguen al mercado.
El apartado sonoro también está a la altura de la superproducción. El doblaje, de forma general, es soberbio, cargado de pasión y con voces bien escogidas según el perfil de los personajes. La banda sonora, épica, resuena con intensidad gracias a tambores, trompetas y coros. Un broche de oro para un apartado técnico colosal.
'God of War III' no es un juego largo. En unas 9 horas termina la aventura pero su calidad general y cuatro niveles de dificultad -tras superarlo se desbloquea el cuarto- invitan a repetir. Además, hay un modo de combates aislados, vídeos del 'making of' y 'skins' para Kratos que alargan su vida.
CONCLUSIÓN.
'God of War' ya cabalga en el carro de la nueva generación. El esquema no cambia un ápice pero llega envuelto con un guión que cierra de forma épica la odisea del fantasma de Esparta. Además, el apartado técnico y el trabajo artístico alcanzan un nivel sobresaliente. Acción constante, personajes carismáticos y brutalidad desmedida son algunos ingredientes que tampoco faltan. Un juego imprescindible en PS3 y uno de esos que justifican la compra de una consola.