eSports, experiencias educativas y el secreto mejor guardado de Ron Gilbert en Gamelab

Gamelab 2016 en Barcelona
GAMELAB/FLICKR
Actualizado: jueves, 30 junio 2016 18:04

   MADRID, 30 Jun. (EDIZIONES/Portaltic) -

   Se equivocaron los que decían que las segundas partes nunca fueron buenas. La segunda jornada del Gamelab ha dado comienzo a las diez de la mañana para demostrar lo contrario. Deportes electrónicos, aventuras y un mítico Ron Gilbert sobre el escenario, eran los planes de los asistentes a la feria 'gourmet' para este jueves.

   "Soy Ron Gilbert, soy diseñador de juegos y estoy trabajando en Thimbleweed park". Hay presentaciones que son innecesarias. La de Gilbert, por ejemplo, es una de ellas. Se sabe desde el momento en que entra en el escenario y los asistentes comienzan a aplaudir, enérgicos. Es el creador de Monkey Island, de Maniac Mansion. El culpable de marcar una era y de un videojuego con aires retro que aún sigue conquistando a los 'gamers'. Un público objetivo enamorado en el que no piensa Gilbert cuando trabaja. O eso dice: "Diseño juegos para mí. Creo que, como diseñador, tú eres tu mejor público. Tienes que diseñar algo que a ti te guste jugar".

   Y le gusta. Pero no siempre sabe resolver los puzzles. A veces, incluso, ha recurrido a Internet para buscar la solución a alguna de sus propias creaciones, explica entre risas. "Qué vergüenza". "Puedo jugar a Monkey Island porque es una experiencia fresca", cuenta Gilbert, orgulloso de poder disfrutar del juego como han hecho millones de personas en los últimos años.

   Disfrutar más en compañía, pues "los videojuegos son más divertidos cuando se comparten los enigmas", cuenta el padre de Monkey Island. Enigmas que él mismo crea y en los que tiene presente a terceros como Twin Peaks o Stephen Kings y esos "pueblos pequeños donde siempre pasan cosas". Enigmas simples pero también el mejor guardado: ¿Cuál es el secreto de Monkey Island? Algo que sólo pocas personas saben y que Ron Gilbert no va a contar. "No lo escribo en un papel para que se desvele cuando me muera porque entonces incitaré a que me maten", cuenta entre risas al público.

   Ser fan de Gilbert es algo común. También lo es llevar una camiseta de Cristiano Ronaldo o Messi por la calle; no resulta extraño en casi ninguna ciudad del mundo. Los héroes deportivos para niños y mayores son muchos. Pero pronto, puede ser, los héroes deportivos saldrán también de deportes electrónicos. Los eSports pretenden llegar a más de 300 millones de personas en todo el mundo durante el próximo año. Cifras para tomarse en serio, para plantear oportunidades como ya lo tienen el fútbol, el baloncesto o el tenis, como los deportes tradicionales. "Tenemos un montón de herramientas y capacidad para llevar los deportes electrónicos al público en general", explica el responsable de Activision Blizzard Media Networks, Mike Sepso.

   Hacer que todos los jugadores sean estrellas es su misión, nos cuentan. "Nos hemos convertido en los principales narradores en los deportes electrónicos. Gracias, en parte, a asociaciones como la reciente con Facebook Live. "Las plataformas sociales reconocen también la importancia de los deportes electrónicos con un contenido fascinante que ayude a sus comunidades", cuenta Sepso.

   Retransmisiones que van más allá del propio espectáculo, pero que quieren llegar también a espectadores convencionales, convertir la experiencia de visionado en más interactiva, añadiendo analíticas que crean un entorno interactivo para los seguidores u opciones para impulsar la historia. Visionado que incluye estadísticas, tablas de clasificación y todos los detalles necesarios para convertir la experiencia en algo único.

   Algo único como Raspberry Pi Foundation, una fundación pensada para llevar la programación a las escuelas y permitir hacer "cosas fantásticas a bajo coste". David Braben es uno de los socios que forman parte de esta fundación y Gamelab ha premiado su compromiso otorgándole uno de los Premios nacionales del Videojuego en esta edición. Braben quería acabar con los recursos tan limitados de las escuelas, explica. "No permiten hacer cosas divertidas y decidimos trabajar en un hardware que acabase con las barreras", habla sobre la Raspberry Pi, el microordenador que no deja de cosechar éxitos desde su lanzamiento. Una apuesta por la innovación y por aprender cosas nuevas en la que Braben está inmerso. "No puedes decir que no puedes utilizar algo porque te da miedo, hay que aprender a hacerlo", explica.

   Una ayuda a la educación pero no la única. Los juegos como principal aliado, en la actualidad, de la enseñanza en todas las edades. Juegos que pueden enseñar ética, física, etc. "Cuando juegas, interactúas, hay elementos que te permiten prepararte para lo que te espera en la vida", explica Ian Livingstone. Él ha creado la Livingstone Foundation. "El 75% de los niños que están en el colegio hoy van a desarrollar trabajos que no existen así que tenemos que enseñarles a pensar". A pensar que la colaboración no es hacer trampas, que hay que compartir la información y solucionar los problemas, cuenta Livingstone. La educación en ciencias es importante, pero también la artes escénicas, la música, el arte.

   Una generación diferente a la que enseñar diferente. Parte de ella es Jordan Casey, que sube al escenario de Gamelab como cualquier otro adolescente de su edad llega al instituto, pero con la capacidad de dar ejemplo. "Jordan Casey, tengo 16 años y vengo de un pueblecito de Irlanda". Casey empezó a programar a los nueve años y a los doce lanzó su primer juego como si fuese un experimento, pero se convirtió en uno de los más jugados en el país. Para llegar a ser como Casey se requiere un aprendizaje. Un aprendizaje en el que deberían involucrarse los centros de enseñanza apostando por la diversión. "Si dices a los niños que van a jugar a un juego para aprenderán, dirán que se aburren", explica Livingston, apostando por la imaginación. "Los juegos pueden ser supersimples y tener una buena experiencia". Experiencia por encima de tecnología. Jugar por encima de lo técnico, pasárselo bien como misión fundamental.

   Y pasándoselo bien cerraron los 'gamers' la segunda jornada de Gamelab en Barcelona, entre juegos 'indies' por sus salas o pruebas de las nuevas tecnologías en la sala dedicada exclusivamente a Playstation. Un epicentro superado por los 'gamers' en la ciudad condal que ha permitido que continua el networking, la diversión y la posibilidad de conocer a sus ídolos, pedirle consejo, lucir sus camisetas.