VALENCIA, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
La pedagoga y profesora del Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas de Valencia Teresa Górriz recomienda a los padres de familia fomentar el diálogo y la escucha con los niños y motivar en ellos su iniciación a la oración, por este motivo, anima a incluir entre los regalos de Reyes libros infantiles de oraciones para fomentar el rezo en familia, informaron hoy fuentes del Arzobispado a través de su servicio de información, Aván.
Según Górriz, al incluir entre los regalos de Reyes libros infantiles de oraciones para fomentar el rezo en familia, los niños aprenden a dirigirse a Dios, además de por la propia experiencia, por imitación, lo que significa que "es muy importante el ejemplo que den sus propios padres".
"Si la oración es hablar con Dios, lo primero que debemos hacer es que nuestros hijos tengan experiencia de diálogo", indicó la pedagoga que añadió, no obstante, que "rezar forma parte de la vida cotidiana y que, por lo tanto, si los padres comparten las cosas del día a día con los hijos también deben compartir la oración".
"Hablar con nuestros hijos, enseñarles a escuchar, a manifestar sus sentimientos y sus necesidades y escucharles cuando nos cuentan cualquier pequeña anécdota, como si fuese la noticia más interesante del día, es imprescindible para motivarles", señaló la experta.
Entre los consejos que aporta Teresa Górriz figura, igualmente, dedicar tiempo a la comunicación y diálogo familiar, y "que los niños aprendan a dar gracias, a dar y recibir perdón, a disfrutar de ese tiempo de encuentro".
"Los niños que tienen esa experiencia de encuentro y diálogo familiar, que se sienten acogidos y queridos en su familia, aprenden con más facilidad a acoger y querer a los demás y a Dios", afirmó. Para ello, la experta aconsejó que los padres, además, faciliten a sus hijos el acceso a oraciones, textos, fórmulas, libros de oraciones y Biblias para niños.
Según la pedagoga "es importante que los padres acompañen durante los primeros años a sus hijos en todo su proceso de aprendizaje, para comer, beber, andar y, en el caso de padres cristianos, también para rezar". A partir de los cinco o seis años, los niños, "ya podrían participar y aportar su propia experiencia a la oración familiar", indicó Górriz quien matizó que "dedicar tiempo a estar con ellos hará que aprendan a dedicar tiempo a Dios".
Entre los momentos idóneos para motivar el diálogo y la oración en el niño figuran los primeros minutos al levantarse, para "aprovechar y dar gracias por un nuevo día"; al acostarse, "para hacer balance de los acontecimientos cotidianos y las conductas positivas y negativas que ha desarrollado a lo largo del día"; en la comida o, "incluso, en el camino hacia el colegio".
En cambio, "no sería oportuno propiciar la oración en una situación de prisas, en un espacio con ruidos ni interrumpir el momento del juego del niño porque provocaríamos en él un sentimiento de rechazo", subrayó.
