MADRID, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las consultas y reclamaciones de los consumidores españoles se redujeron un 11% en 2014 con respecto a 2013 y un 21% con respecto a 2012. Durante 2014, los consumidores españoles realizaron más de un millón de consultas y reclamaciones, lo que supone una media de 3.001 solicitudes al día, según un estudio de Eroski Consumer que ha utilizado datos de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), el Instituto Nacional de Consumo (INC), el Consejo de Consumidores y Usuarios (CCU) y diferentes organizaciones de consumidores.
Concretamente, las diez asociaciones de consumidores y usuarios integradas en el CCU registraron un total de 1.095.259 consultas en las diferentes estructuras territoriales donde están implantadas.
Así, del total de registros, un 84% fueron consultas, mientras que el 16% restante fueron reclamaciones. Esta situación también cambia con respecto a otros años. Por ejemplo, en 2004 la distribución era de un 39% de quejas y un 61% de solicitudes de información. En aquel año, la cifra se situó en 914.943 consultas.
QUEJAS POR SECTORES
El sector económico que concentró el mayor número de solicitudes por parte de los consumidores es el que engloba a los servicios financieros, con un 26% de los registros, seguido del sector de la telefonía, con un 15%, la publicidad, con un 7%, y los seguros y la energía, ambos con un 6% de las solicitudes.
Por regla general, según el CCU, la mayoría de las reclamaciones o consultas tenían que ver con las deficiencias en la prestación de servicios, seguidas del precio, las condiciones de venta y las cláusulas abusivas.
En primer lugar, los productos financieros que más consultas y reclamaciones reciben son los relacionados con el ahorro y la inversión (pagarés, bonos estructurados, planes de pensiones y fondos de inversión); las ejecuciones hipotecarias y los 'swaps' hipotecarios (seguros de cobertura de tipos de interés que se contratan cuando se estima que esos tipos van a subir); los contratos de cobertura hipotecaria; y las cláusulas de suelo.
En cuanto a la telefonía e Internet, los motivos más habituales a la hora de reclamar son las portabilidades, el incumplimiento de ofertas, los conflictos con las facturaciones y los servicios de atención al cliente, entre otros.
Por último, la electricidad y el gas y otros suministros energéticos son sectores especialmente conflictivos por varios motivos: las subidas constantes de los precios, la dificultad a la hora de entender las distintas tarifas de mercado, los diferentes elementos que componen la factura y las condiciones no siempre favorables de los contratos conjuntos de gas y electricidad.