Barreda resalta que dos años de sequía continuada han puesto de manifiesto la "vulnerabilidad" del trasvase Tajo-Segura

TOLEDO 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, afirmó hoy que dos años de sequía continuada en España han puesto de manifiesto la "vulnerabilidad" del trasvase Tajo-Segura, al tiempo que insistió en que esta infraestructura tiene "los días contados".

En una entrevista a Onda Cero recogida por Europa Press, el presidente castellano-manchego explicó que por debajo de 240 hectómetros cúbicos no se puede trasvasar agua del Tajo al Segura porque "de donde no hay no se puede sacar".

"Estos dos años de sequía prolongada han puesto de manifiesto la vulnerabilidad del trasvase Tajo-Segura. El Levante debe tener claro que la cuenca que cede tiene prioridad sobre la receptora. Las necesidades de agua son crecientes, el recurso es escaso y nosotros tenemos prioridad. Además, Castilla-La Mancha no tiene salida al mar. El trasvase Tajo-Segura, tal y como se concibió, tiene los días contados", enfatizó.

De hecho, Barreda agregó que ya ha explicado a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que no acepta que se haga un discurso 'antitrasvasista' "sobre un proyecto de trasvase previsto desde la desembocadura" y otro diferente para el que "se hace desde la cabecera y que evidentemente afecta mucho más a toda la cuenca del río". "No tiene ningún sentido", remarcó.

AUTONOMÍAS Y POLÍTICA.

En otro orden de cosas y sobre el Estado de las Autonomías, el presidente de Castilla-La Mancha consideró que la lectura "correcta" de la España constitucional "nos debe llevar a tener claro que las comunidades autónomas somos Estado".

"El Estado español --agregó-- no puede ni debe ser un Estado residual como dijo desafortunadamente Maragall, el cual es especialista en frases desafortunadas. No podemos cometer el error de identificar el Estado solamente con el Gobierno central".

Es más, a su entender, los responsables políticos "damos a veces espectáculos poco edificantes", alegando que "estamos en un país demasiado caliente y nuestra historia contemporánea lamentablemente ha sido un rosario casi ininterrumpido de enfrentamientos fratricidas". "Ahora --indicó-- la situación es otra, pero facilitar los agravios comparativos, las envidias y los insultos es peligroso y habría que evitarlo a toda costa".