SEVILLA, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, aseguró hoy que las medidas a corto plazo destinadas a reducir la mortalidad de lince ibérico en el entorno de Doñana, como vallados o radares, se podrían activar desde mañana, una vez se consensúe el documento que su departamento les va a presentar en una reunión a las Consejerías de Obras Públicas y Agricultura, entidades conservacionistas y la Dirección General de Tráfico (DGT).
A preguntas de los periodistas tras una hacer un balance de los Planes de Desarrollo Sostenible de los parques naturales andaluces, Coves detalló que en esta reunión espera que se llegue a la consecución de un documento consensuado que se trasladará a la Mesa de Infraestructuras del Parque Nacional de Doñana, donde se le ofrecerá también a los ayuntamientos del entorno y a distintos colectivos.
La consejera significó que en el diagnóstico de la situación también se ha comprobado un duplicidad de vías en la zona que no es "coherente" y más en este entorno "complicado", por lo que se baraja también el soterramiento de tramos de la carretera Almonte-Matalascañas o Mazagón- Huelva. Para esta negociación "más amplia", Coves subrayó que se cuenta con el apoyo de la Consejería de Obras Públicas "para iniciarlo cuanto antes, incluso con cargo a los presupuestos de este año".
Mientras tanto, se plantean diversas alternativas destinadas a reducir la mortalidad de lince en la zona como la elevación de los vallados, algún tipo de electrificación que evite que los linces se acerquen o catadióptricos, una vez que ya está decidida la instalación de radares que controlen la velocidad, asunto no sólo importante para el lince según la consejera sino también para la seguridad de las personas. También se fomentará el uso del transporte público e incluso se plantea la instalación de un tranvía.
Asimismo, Coves hizo un llamamiento para que extreme el respeto a los límites de velocidad debido a la movilidad de esta especie en esta época. Advirtió de que el otoño es un periodo "especialmente complicado" para el lince ibérico en Doñana ya que los machos se dispersan en búsqueda de hembras y además muchas crías se alejan del núcleo familiar al ser rechazadas por sus madres que ya los consideran adultos.