MADRID, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un millón de empresas españolas representadas por la CEOE, Business Europe, y de las organizaciones empresariales ASPAPEL, ASEDAS, Marcas de Restauración y ASAJA han mantenido esta semana una reunión con las instituciones de la Unión Europea para que los legisladores revisen de manera "exhaustiva" la hoja de ruta que plantea el nuevo reglamento de envases para evitar daños irreparables al sector empresarial, al tiempo que han propuesto un plan alternativo "más realista" y "viable".
La reunión organizada por la CEOE en Bruselas con el Parlamento, la Comisión y el Consejo, ha transmitido a las instituciones la preocupación creciente de las asociaciones empresariales europeas con el Reglamento europeo de envases y residuos de envases que está en tramitación y que podría quedar aprobado a principios de 2024.
A la cita en el Parlamento europeo han acudido representantes de la Comisión y de la Presidencia española del Consejo, además de varios europarlamentarios; el presidente y el vicepresidente de la Comisión de Economía Circular de CEOE; el presidente del grupo de trabajo de Medio Ambiente de la patronal europea BusinessEurope; y de las organizaciones empresariales ASPAPEL, ASEDAS, Marcas de Restauración y ASAJA. Las organizaciones han expuesto ejemplos concretos de cómo este reglamento de envases, tal y como está planteado, generaría repercursiones a las empresas.
En total, representaban a millón de empresas, grandes y pequeñas, del sector primario, de las materias primas, fabricantes de envases, envasadores, comercio y distribución comercial y gestores de residuos. El amplio espectro de la cadena de valor del envase incluye diseñadores, productores, fabricantes, distribuidores, valorizadores y también Administración y consumidores.
En el encuentro, han insistido a los representantes europeos que evalúen de forma exhaustiva la norma para revisar la viabilidad de las medidas y estudiar cuál es la mejor opción en cada situación desde una perspectiva ambiental, técnica, económica y social, sin poner en riesgo la seguridad del consumidor y dando a las empresas el tiempo suficiente para adaptarse, antes de imponer obligaciones "extremadamente restrictivas".
La veintena de organizaciones que participó en la cita ha expresado su compromiso con los objetivos y la ambición europea para alcanzar la sostenibilidad de los envases, la innovación en el ecodiseño para mejorar su reciclabilidad y con la promición de la prevención del uso de envases y su reutilización así como con el objetivo de aumentar el contenido de material reciclado en la composición y favorecer el mercado de materias primas secundarias.
Fuentes de la CEOE han indicado a Europa Press que en base a estos objetivos es fundamental garantizar la previsibilidad a las empresas y dar a la normativa una orientación a largo plazo y un margen de flexibilidad que posibilite el cumplimiento de los objetivos, así como tratar de minimizar las cargas burocráticas.
Su intención pasa por que los envases estén pensados para cumplir una serie de funciones relacionadas con el producto que contienen, como son proteger, transportar, alargar su vida útil, garantizar la seguridad e informar y, por tanto, son necesarios para el consumidor, para la sociedad y para el medio ambiente.
Por ello, insistieron en la importancia de que los objetivos se basen en un análisis de sostenibilidad y que solo se apliquen cuando se demuestre que tienen beneficios claros para el medio ambiente y la sociedad.
Del mismo modo, consideran que deben primar las garantías de integridad y correcto funcionamiento del mercado único para evitar la inseguridad jurídica para las empresas y las distorsiones del mercado derivadas de la falta de neutralidad en cuanto a materiales de envasado o tecnologías.
Asimismo, fuentes de la CEOE señalan que han instado a fomentar la colaboración público-privada y que las instituciones europeas y los representantes españoles que vayan de la mano de los sectores para alcanzar los ambiciosos objetivos marcados, al tiempo que se protege la competitividad de las empresas europeas.
A su juicio, sólo con la implicación de todos los actores -empresas, administraciones y consumidores- se podrá cerrar el círculo virtuoso de la economía circular, cuyo objetivo es aprovechar los materiales y convertir el residuo en recurso.
Entre otras cuestiones, fuentes de la CEOE han apuntado que el reglamento debería atender a las particularidades de cada país y ponen el foco en algunas de las soluciones de reutilización del proyecto de reglamento que no estiman, por ejemplo, el ciclo de vida completo del proceso de reciclado, como el consumo de agua, un aspecto que es importante para España dada la escasez del recurso, el modelo de recogida, que no atiende a los modelos poblacionales distintos en los Veintisiete.
