Experto del CSIC alerta del aumento de medusas en las costas españolas y pide más fondos para investigar la situación

Actualizado: lunes, 17 julio 2006 18:05

El cambio climático y la sobrepesca son los principales factores que provocan este "fenómeno inevitable"

MADRID, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -

El investigador del Instituto de Ciencias del Mar del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Josep María Gili, destacó que la presencia de medusas en las costas españolas es un "fenómeno inevitable", e indicó a Europa Press la necesidad de "incrementar los fondos" destinados a investigar la situación.

La presencia de medusas en las costas mediterráneas es un problema que está creciendo en los últimos tiempos, motivado por el cambio climático y los nuevos factores meteorológicos que ocasiona. De hecho, según datos recogidos por la Cruz Roja, más de la mitad de las incidencias producidas en las costas españolas están relacionadas con picaduras de medusas.

La falta de lluvias y la mayor incidencia de las corrientes marinas en el litoral hacen que las medusas se acerquen a la costa. Además, también señaló que la estrechez de parte de la plataforma continental de las costas españolas mediterráneas y algunas del Cantábrico hace que los bancos de medusas moribundas que suben a la superficie lleguen antes a la costa y no lleguen a morir.

Por ello, Josep María Gili señaló la necesidad de aumentar los fondos destinados a investigar la situación surgida, debido a las implicaciones medioambientales e incluso turístico-económicas que conlleva. El hecho de que sea un programa costoso y que ofrecería resultados a largo plazo hace que las autoridades no hayan abordado este problema con "la seriedad y la importancia" que requiere, añadió Gili.

El aumento de las medusas es un fenómeno que se está dando a nivel mundial en todos los océanos como consecuencia de la sobrepesca y el descenso del número de peces que ha producido. Esto provocó que el número de medusas se haya disparado al desaparecer sus depredadores naturales, y lo convierte en una situación "difícil de remediar a largo plazo".

De hecho, el investigador del CSIC recordó que en otras zonas como el mar de Namibia se están obteniendo "resultados escandalosos", ya que se detectó que el número de medusas triplicó al de los peces, llegándose a contabilizar 12 millones de toneladas de medusas en estas aguas.

Ante esta situación, Josep María Gili recordó que las medidas adoptadas para que las medusas no lleguen a las costas deben centrarse en sacarlas a la superficie antes de que lleguen a la playa. Al mismo tiempo, recordó que el uso de redes debe estar regulado ya que disecciona las medusas y dispersa los tentáculos, que "quedan flotando y son también peligrosos".

MEDIDAS DE PRECAUCIÓN ANTE LAS PICADURAS

La picadura que se produce tras el contacto de la piel humana con los tentáculos de una medusa viene provocada por unas células especializadas denominadas 'cnidocistos' que poseen una pequeña vesícula (vacuola) llena de un veneno que se inocula mediante un filamento enrollado dentro de ella.

Al contactar el bañista con los tentáculos del animal, se produce una reacción automática de eversión del filamento, a lo largo del que hay toda una serie de ganchos y pinchos que perforan la piel de la víctima y facilitan la penetración del veneno, constituido por un componente común a todas las medusas del tipo citolisina, acompañado de otras sustancias que varían según la especie.

El tratamiento inmediato más eficaz para tratar las picaduras de medusa consiste en la aplicación de hielo sobre la herida, pero no de una forma directa ni en cubitos, sino en bolsas de hielo, ya que el agua dulce dispara los cnidocistos que todavía no hayan evertido del filamento urticante, con lo que se incrementa el dolor.

Por la misma razón, para limpiar la herida, es mejor emplear agua de mar, nunca agua dulce, y no hay que frotar nunca sobre la zona afectada con arena o con la toalla. En lugar de esa acción, lo mejor es eliminar con mucha cuidado (por ejemplo, con unas pinzas o una tarjeta de crédito) los restos de tejido de la medusa que hayan quedado adheridos a la piel, para evitar que nuevas células urticantes sin "disparar" acentúen el problema.