PALMA DE MALLORCA, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los ingenieros técnicos forestales, expertos en gestión de fauna, cazadores y propietarios de fincas rurales coinciden en la necesidad de reducir en dos terceras partes la población de cabras asilvestradas existente en Mallorca, la mayoría de las cuales se encuentran en las sierras de Tramuntana y Llevant, debido a que dificultan la regeneración de los bosques.
Esta fue la principal conclusión de la mesa redonda 'La gestión de la cabra salvaje mallorquina en las fincas forestales', celebrada ayer tarde y organizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, cuyos participantes consideraron que existe una cantidad "excesiva" de estos animales en la isla y que, además, esta "superpoblación" está originando una "pérdida de calidad genética" de la cabra salvaje mallorquina, al cruzarse ambas especies.
Para compensar la situación, los ponentes resolvieron que lo mejor es potenciar la cabra salvaje mallorquina, mediante la reintroducción de ejemplares genéticamente puros, estableciéndola como trofeo de caza con premios de hasta 12.000 euros para las mejores piezas y, al mismo tiempo, realizando una buena gestión cinegética de esta especie que contribuya a incrementar los ingresos de las fincas.
Además, los propietarios forestales destacaron la necesidad de que la administración subvencione el cambio a este nuevo modelo de gestión, así como que, para que el nuevo sistema funcione, es necesaria la colaboración de todas las partes implicadas.