MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
El sindicato Comisiones Obreras reclamó hoy al Gobierno que impulse un "reconocimiento laboral" de las prostitutas para garantizar su inserción social, mientras que UGT pide que se elimine esta práctica, adoptando medidas sociales preventivas y castigando con la ley a quienes compren servicios sexuales de otro, según informaron a Europa Press en fuentes de ambos sindicatos.
La secretaria confederal de la Mujer de CC.OO., Carmen Bravo, asegura que su sindicato no entra en discursos de tipo ideológico sobre la posible abolición, prohibición o regularización de la prostitución, pero cree que "estas personas deben estar amparadas por los derechos de ciudadanía y de optar a un modo de vida digno". "Para ello son imprescindibles los reconocimientos laborales", subrayó.
Bravo advierte de que "lo que no puede hacer el Gobierno es seguir mirando hacia otro lado como si el problema no existiese", teniendo en cuenta que "cualquier ciudadano de este país diría que desde luego la prostitución está legalizada". "En cualquier barrio, esquina de nuestras ciudades, en cualquier polígono industrial y en las carreteras estamos viendo a mujeres que ejercitan la prostitución y entendemos que es su modo de vida", añadió.
La responsable de este sindicato considera que si se pretende evitar esta situación se debe ofrecer a estas mujeres una alternativa ya que, además, más del 90 por ciento son mujeres inmigrantes y sin contrato de trabajo. "Si se hacen regularizaciones extraordinarias habrá que tener en cuenta también a este sector de la sociedad", insistió.
Por ello, desde CC.OO. se pretende impulsar un estudio para evaluar la situación de la prostitución en España y a partir de ahí, impulsar medidas que amparen a estas mujeres desde el punto de vista laboral. "La única forma de insertar a estas mujeres en la sociedad es darles alternativas y reconocimientos laborales", concluyó.
UGT: LA PROSTITUCIÓN NO ES UN TRABAJO
Por su parte, desde UGT no se considera a la prostitución como un trabajo sino "una estructura diseñada por y para los hombres", que concibe a la mujer como "una mercancía y en un producto para el consumo del hombre". En definitiva, entiende que se trata de "el dominio del hombre sobre la mujer".
Según un informe elaborado por el sindicato, el 95 pro ciento de la prostitución no es voluntaria y el 90 por ciento de la misma la realizan mujeres inmigrantes, en muchos casos en situación irregular. Respecto al 5 por ciento restante, contempla que dicha voluntariedad "no puede analizarse aislada de las condiciones de vida, culturales, sociales, económicas y de asunción de roles de género que afectan a estas mujeres".
Además, este sindicato considera que esta práctica "no deja de ser prostitución porque se ejerza voluntariamente" y advierte de que "los partidarios de distinguir entre la prostitución voluntaria y la forzosa, obvian el debate mismo sobre la prostitución, el por qué de su existencia y el trasfondo de la misma".
