España nunca obtuvo autorización diplomática para que Haidar entrase en el Sáhara Occidental

Actualizado: sábado, 5 diciembre 2009 20:09


MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno español nunca obtuvo autorización diplomática para que la activista saharaui Aminatu Haidar regresara a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, y donde tiene su domicilio y a su familia, según reconocieron el viernes fuentes cercanas al Ejecutivo y confirmaron las autoridades marroquíes y españolas.

En la tarde del viernes, cuando un avión medicalizado fletado por el Gobierno español esperaba trasladar a Haidar a El Aaiún, el Ejecutivo había recibido por parte marroquí los correspondientes permisos de sobrevuelo y aterrizaje tras informar al reino alauí de que en la nave viajaba la activista acompañada, entre otros, por el jefe de gabinete del ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Agustín Santos.

Sin embargo, estos permisos no llegaron a través de contactos de alto nivel entre los dos Gobiernos, sino que, como confirmó esta tarde Santos, esa autorización fue "emitida por sistema de control de vuelo", es decir por las autoridades aeroportuarias competentes. "Cuando estábamos en el avión, el piloto solicitó a la torre de control un permiso para despegar y se recibió de la torre de control que efectivamente tenía permiso para sobrevolar e, incluso, aterrizar. Se iniciaron las maniobras para salir y en ese momento el piloto pidió confirmación para colocarse en la segunda posición; en ese momento, se recibió la notificación de que el permiso de aterrizaje había sido retirado", explicó Santos.

El alto representante de Exteriores afirmó este sábado que España no precisaba de una autorización diplomática para hacer despegar el avión porque no la necesitaban "por varias razones". En primer lugar, porque Haidar iba a regresar a su país y España ha firmado el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que en su artículo 12 establece que "nadie podrá ser arbitrariamente privado del derecho a entrar en su propio país".

Segundo, porque el Gobierno español había informado a las autoridades marroquíes por nota verbal (escrito que supone la forma de comunicación oficial más común en diplomacia) que se iba a trasladar a la activista y, en tercer lugar, se había solicitado vía técnica "todos" los permisos de vuelo que, posteriormente, "habían sido concedidos", según Santos.

Marruecos aseguró que su ministro de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi Fihri, trasladó a las 19.00 horas de al embajador de España en Marruecos, Luis Planas, la "respuesta negativa" del Gobierno alauí a la petición de España para el sobrevuelo del territorio y el aterrizaje en El Aaiún de un avión para trasladar a Haidar.

Esta respuesta negativa se produjo después de que el embajador de Marruecos en España, Omar Azziman, fuera convocado a las 15.45 horas del viernes por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Lossada, para una reunión a las 16.30 horas, según explicó la Embajada de Marruecos en España en un comunicado.

Por todo ello, la Embajada de Marruecos dice que "no logra entender todas las versiones, especulaciones y comentarios que han ido rodeando la supuesta retirada de la supuesta autorización de las autoridades marroquíes".

De hecho, por parte marroquí no se vislumbró en ningún momento "ni una rendija abierta" para dejar a Haidar regresar al país, según dejó claro el jueves pasado la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, tras reunirse con parlamentarios marroquíes.

Lo cierto es que con esta operación el Gobierno demuestra que ha hecho lo máximo para intentar cumplir los deseos de Haidar de regresar a su casa en las condiciones que ella reclamaba, tras rechazar las opciones que le presentaron en un primer momento y que consistían en que pidiera un nuevo pasaporte marroquí, el estatuto de refugiada o la nacionalidad española.

No obstante, las fuentes cercanas al Gobierno consultadas por Europa Press reconocieron su sorpresa por que Marruecos ni siquiera llegara a autorizar el aterrizaje del avión, ya que contaban con que al menos Haidar llegaría a los controles de acceso del aeropuerto de El Aaiún y que sería allí cuando las autoridades le negarían la entrada en el país si no aceptaba su nacionalidad marroquí.

El Frente Polisario llegó el viernes a calificar de "positiva" la actitud del Gobierno español, que proporcionó de forma extraordinaria a Haidar un salvoconducto (que permite sólo la salida del país) tras afirmar que hacía recibido los permisos correspondientes de sobrevuelo y aterrizaje.

No obstante, tras conocer la negativa de Marruecos, el delegado en funciones del Frente Polisario en Madrid, Mhamed Jadad, pidió a España que reaccionara ante la "bofetada" de Rabat con las herramientas de que dispone, como una posible anulación de la cumbre entre la UE y Marruecos que prevé organizar bajo su presidencia de la UE en el primer semestre de 2010.

LA PELOTA ESTÁ AHORA EN EL TEJADO DE HAIDAR

Con la negativa de Marruecos a aceptar siquiera que Haidar aterrice en El Aaiún, la pelota se sitúa ahora en el tejado de la activista, que, como dijo Santos, es quien "dirige su estrategia, su táctica y su lucha".

Ella, recordó, puede acogerse ahora, si lo estima oportuno, al estatuto de refugiada o a la nacionalidad española hasta que pueda volver a El Aaiún, objetivo por el que España seguirá mediando con "todos" los organismos internacionales para buscar una salida al conflicto, una mediación que por cierto ya ha rechazado Rabat, que confía en que este caso no interfiera en la relación bilateral. Santos apuntó asimismo que Haidar dispone ya de una autorización de salida de territorio español y de un avión para trasladarla a El Aaiún "tan pronto se produzca un cambio de la posición marroquí".

Precisamente porque es necesario el acuerdo con Marruecos para lograr que este país acceda a que Haidar regrese a su territorio, las fuentes consultadas por Europa Press rechazaron la posibilidad de que el Gobierno eleve una protesta ante Rabat, lo que explica también que las negociaciones las haya escenificado el departamento que dirige Miguel Ángel Moratinos y no el presidente del Gobierno o el Rey.