Evitar "escándalo público" en la Iglesia persigue proteger la fama de los implicados y no encubrimiento, según experto

Publicado: viernes, 11 febrero 2022 17:13

ROMA, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

El sacerdote Damián Astigueta SJ, experto en Derecho Canónico, ha subrayado que la justicia de la Iglesia intenta en su normativa evitar "siempre el escándalo público" no solo en los casos de abusos, pero no como parte de un "encubrimiento" sino para proteger la buena fama de las personas que están implicadas y para respetar el secreto de instrucción.

Astigueta ha apuntado, en declaraciones a Europa Press, que la carta que el actual Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal español Luis Francisco Ladaria, envío en 2015 en la que explicaba cómo proceder contra el cura francés Bernard Preynat, para evitar el escándalo público "tiene fundamento jurídico en el Código de Derecho Canónico".

"Tiene fundamento jurídico no solo en la cuestión de los abusos como tal en el sentido estricto, sino que, dado que se trata de un procedimiento abierto, rige lo que se llama el secreto de instrucción. Este es uno de los elementos del Código de Derecho Canónico fundamentales", ha manifestado.

Además, ha explicado que con esta prerrogativa se quiere "proteger la buena fama de todas las persona implicadas: no solo de los acusados que aún no han sido condenados, sino también de los denunciantes que no quieren tener un perfil público".

Ladaria, al que el Papa Francisco ascendió a Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 2017, escribió esta carta cuando era el secretario del organismo del Vaticano encargado en la materia de los abusos sexuales. Pero en el momento en el que el prelado español escribió la carta, el sacerdote francés no estaba condenado por la justicia, solo se habían recogido las denuncias de abusos contra él, por lo que se pide evitar el escándalo público para no manchar su reputación y para proteger a los denunciantes.

"En 2015 no se había cerrado el caso, y, por tanto, pedir evitar el escándalo público es proteger la buena fama, proteger el secreto de instrucción y evitar el estupor por una cosa que todavía no estaba probada", ha asegurado el experto.

El sacerdote francés Preynat, acusado de abusos en los años 70 y 80 en los campamentos de boyscout- fue condenado por la justicia civil en 2020 a cinco años de prisión firme por agresión sexual a menores.

Además, el profesor de la Universidad Gregoriana de Roma ha dejado claro que en la carta que Ladaria remite al cardenal Barbarin "le pide tomar las medidas disciplinarias correspondientes". "Le está diciendo: 'usted, siga el código de derecho canónico', y eso comporta, entre otras cosas, evitar el escándalo para poder juzgar mejor y para que esto no dañe después a la comunidad eclesial, aumentando el estupor por un abuso sexual que todavía no se ha verificado que es verdadero", comenta.

Astigueta ha afirmado que la Iglesia "está obligada a seguir la legislación de cada país en lo relativo a las denuncias" , según lo confirman distintas leyes de los últimos años. "La obligación de la denuncia dentro del foro canónico es solo para sacerdotes y religiosos. Sería un error pensar que tal obligación se extienda a todos los delitos y en todos los países", ha zanjado.

De hecho, en muchos casos no se inicia la investigación canónica hasta que no termine el juicio civil para evitar obstaculizar la labor de la justicia estatal. Los casos de abusos comienzan casi siempre en sede o diocesana o de la congregación religiosa. Después de la etapa introductiva, tanto si hay verosimilitud de los hechos como si no, se traspasa toda la documentación a la Congregación de la Doctrina de la Fe la cual decide si el caso deberá ser juzgado por vía ordinaria a través del obispo o el provincial o, en cambio, aboca el caso al Dicasterio.

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