El fiscal pide 9 años de cárcel para un acusado de golpear, desnudar y abandonar a su ex novia en un campo en Valencia

La mujer niega lo que denunció a la Policía y dice que "exageró" los hechos porque tenía miedo a que su ex novio le quitara a su hija

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 12 enero 2009 15:58

VALENCIA, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -

El ministerio fiscal reclamó hoy en la sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia una pena de nueve años y dos meses de prisión para un joven acusado de golpear a su ex novia por celos, de obligarle a subir a una furgoneta, desnudarla y abandonarla en un campo de naranjos en plena noche. La joven negó hoy durante el juicio lo declarado ante la Policía y afirmó que "exageró" los hechos porque tenía miedo a que su ex pareja le quitara a la hija que tienen en común, de ocho meses de edad.

Sin embargo, y a pesar de que cambió su versión, la fiscal mantuvo su petición de nueve años y dos meses de prisión para el joven por dos delitos de maltrato en el ámbito familiar, otros de trato dregadante, otro de detención ilegal y uno más de amenazas, al entender que adoptar esta actitud era algo "muy común" en estos casos, que se podía deber al "miedo" o a "intentar reconducir su relación con el hombre".

Según recoge el relato del ministerio público, en la tarde del 16 de junio de 2008, el joven vio a su ex pareja paseando por la playa de Tavernes de la Valldigna (Valencia) con una amiga y se acercó a ella. En ese momento, la joven se dirigió hacia el agua para huir de él, aunque finalmente la alcanzó y, movido por los celos, comenzó a golpearle en la cabeza y a sumergirla en el agua, al tiempo que le insultaba y le decía que iba a la playa "para que le vieran las tetas". En mitad de la discusión, el joven le arrancó el bikini y le dejó desnuda en el agua.

Dos días más tarde, sobre las 21.00 horas, ambos volvieron a discutir en plena calle y, tras ello, él la lanzó contra la pared y el suelo y luego le obligó a introducirse en su furgoneta por la fuerza, sujetándola por los brazos. Una vez dentro, puso el vehículo en marcha y no le dijo en ningún momento hacia donde se dirigían.

La llevó hasta la playa de Xeraco (Valencia) y aparcó entre unos naranjos. Allí, según el relato del fiscal, le obligó a bajar del coche y tras gritarle 'hazte la chula ahora', empezó a tirarle de la ropa, arrancándole la camiseta, el sujetador y la falda. Posteriormente, se fue del lugar con el coche y dejó a la joven desnuda en el campo. Como consecuencia, ésta sufrió excoraciones lineales en el tórax, muslo y rodilla, que precisaron de una primera asistencia facultativa.

A pesar de este relato, tanto el acusado como la joven negaron los hechos. Ambos coincidieron en que el primer día, el 16, mantuvieron una discusión en la playa porque ella hacía días que no le dejaba ver a la hija que tienen en común, pero negaron que él le zarandeara o le rompiera el bikini, ya que el tirante se fracturó porque, según dijo ella, "era muy fino".

En cuanto al día 18, la mujer aseguró que subió a la furgoneta "voluntariamente", para "hablar", y entonces fueron hasta un campo. Allí, volvieron a discutir y, tras ello, ella se bajó del coche "también voluntariamente" y se escondió detrás de un árbol hasta que él se fue. Afirmó que la ropa se le rompió al bajar, porque ambos se estaban "estirando", y que, incluso, él estuvo buscándola durante algún tiempo, dijo.

Asimismo, la joven indicó que las lesiones que presentaba se las hizo con los árboles, y que en ese momento exageró los hechos a la Policía que le atendió, y se "inventó mucho" por miedo a que su ex pareja se llevara a su hija. Indicó que no tenía miedo de él, sino que adoptó esa actitud porque "no quería que se saliera con la suya, como siempre".

Por su parte, la Policía que le atendió en un primer momento señaló que la joven estaba "muy nerviosa" y que le contó que "le habían cogido, le habían quitado la ropa y tirado, pero no me dijo quién se lo había hecho", aseveró.

Con todo, y a pesar del cambio de la versión, la fiscal mantuvo la petición de pena de nueve años y dos meses de prisión, al considerar que la joven no ha dado suficientes argumentos durante el juicio para demostrar que lo que dijo en un primer momento, no ocurrió; y al estimar más creíble lo que dijo a la Policía y al principio, cuando describió lo ocurrido "con pelos y señales". Además, tiene en cuenta los datos objetivos de las lesiones, y la posibilidad de que haya cambio la versión "por miedo o por intentar reconducir su relación con el acusado".

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