Fiscal pide nuevas diligencias para dirimir responsabilidad en las muertes del geriátrico de Alhama de Almería

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 8 junio 2009 19:30

ALMERÍA 8 Jun. (EUROPA PRESS) -

El fiscal ha solicitado la práctica de diligencias de investigación complementarías para dirimir si puede achacarse a dos empleadas del servicio de limpieza del geriátrico 'Nicolás Salmerón' de Alhama de Almería identificadas como M.P.M.G. y C.A.A. responsabilidad por imprudencia en la muerte de tres residentes ocurrida en junio de 2007 debido a la ingesta de agua mezclada con salfumán.

Fuentes judiciales confirmaron a Europa Press la decisión que el Ministerio Público adoptaba el pasado día 2, casi cinco meses después de que la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Almería dictase un auto en el que ordenaba la transformación de la causa en procedimiento abreviado y daba, por tanto, traslado al fiscal para que efectuase escrito de acusación contra ambas mujeres o bien interesase su sobreseimiento tras una instrucción que se inicio hace poco menos de dos años.

La juez consideró en el citado auto que los hechos ocurridos el 21 de junio de 2007 en la residencia 'Nicolás Salmerón' de Alhama de Almería eran constitutivos de un delito de muerte por imprudencia que achacó a las dos imputadas, de 60 y 48 años respectivamente, quienes durante su primera declaración ante la autoridad judicial relataron cómo habían dejado "olvidado" en el aseo de la estancia donde se encontraban las víctimas el recipiente que contenía el ácido clorhídrico.

El fiscal, no obstante, ha solicitado que se tome de nuevo declaración a una mujer --J.P.G.-- en calidad de testigo y que se formulen nuevas pruebas epidemiológicas en aras de poder individualizar la responsabilidad de M.P.M.G y C.A.A. en los tres fallecimientos --uno de ellos meses después de producirse la intoxicación--, así como que se remita el informe de calidad del establecimiento geriátrico sobre el que, tras una investigación, la Junta de Andalucía concluyó que cumplía todos los requisitos necesarios además de contar con la documentación en regla.

El auto dictado por la juez que instruyó la causa no recogía, sin embargo, la presunta comisión de un delito de lesiones sobre, al menos, otra persona de avanzada edad que también resultó afectada por la ingesta de salfumán diluido en agua pero que apenas 48 horas después de su ingreso en una clínica privada de la capital recibía el alta de los facultativos.

BOTELLA DE AGUA.

La instrucción de la causa se inició a partir de la denuncia que interpuso la dirección del complejo hospitalario Torrecárdenas de Almería después de la evacuación el 21 de junio de 2007 de cuatro personas que presentaban idéntica sintomatología y procedentes de la residencia geriátrica 'Nicolás Salmerón' de Alhama.

El primer fallecimiento, el de una mujer de 75 años identificada como M.M.L., se produjo apenas 24 horas después del ingreso en el centro sanitario. Otros dos residentes recibían el alta médica de la UCI y eran trasladados al hospital de Cruz Roja donde fallecía la segunda víctima, J.L., de 91 años de edad, un mes después.

Un tercer afectado por la ingestión de la sustancia cáustica recibió atención médica privada en la Clínica Mediterráneo de la capital y recibía el alta médica apenas 48 horas después de la intoxicación mientras que una cuarta víctima de la ingesta de la sustancia cáustica, cuya identidad no trascendió, moría casi medio año después.

La personación de su familia en el proceso llevó a la juez instructora en septiembre de 2007 a ordenar la práctica de nuevas diligencias de prueba con el encargo de un informe pericial al Instituto de Medicina Legal de Almería (IML) que debía determinar si existían indicios razonables para relacionar el último deceso con los hechos ocurridos meses antes.

M.P.M.G. y C.A.A. aseguraron en su declaración ante la titular del juzgado instructor que ese dejaron "olvidado" el recipiente de agua con ácido clorhídrico en el aseo de una de las estancias de la residencia donde estaban reunidos los ancianos afectados después de que fuesen requeridas con urgencia en otra área del inmueble donde se estaba produciendo una incidencia.

Ambas explicaron que se trataba de una práctica habitual el "rebajar" en una botella de agua mineral el salfumán usado para la desinfección diaria de los sanitarios debido a la afección respiratoria de una de ellas, por lo que fue la apariencia "normal" del envase lo que llevó a los residentes a beber de ella.

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