Gil Tamayo cree que la Iglesia necesita "medios de comunicación propios" frente a quienes quieren relegarla a lo privado

MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, ha asegurado que la Iglesia necesita medios de comunicación "propios" ante la situación en la que se encuentra la Iglesia en España en la que se quiere "reducir al ámbito privado" su influencia.

Gil Tamayo ha aclarado que no se trata de "clericalismo" sino de "iluminar a los ciudadanos" y que tampoco es "una imposición ni una injerencia". "La Iglesia tiene derecho y voz", ha subrayado durante un desayuno informativo celebrado por la COPE en el Palacio de Cibeles (Madrid), al que ha asistido, entre otras autoridades, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.

En este sentido, ha reivindicado "una información religiosa de calidad" y ha admitido que los medios de la Iglesia tienen que mejorar. Por ello, ha reclamado "buenos profesionales creyentes, empresarios comprometidos con la fe" así como "igualdad de condiciones en el ámbito político y económico". La Iglesia, según ha añadido, no quiere recluirse en la Sacristía.

Sobre la carta de navegación del Papa Francisco, el secretario general de los obispos españoles ha señalado que esta "no supone un cambio de rumbo" aunque ha destacado las indicaciones del Pontífice en cuanto a la "primacía del Evangelio" y la "cercanía, no en un sentido de marketing o de campaña" sino de "conectar con la gente, especialmente con los que más sufren".

A su juicio, Francisco es un Papa que con su sencillez "llega al corazón de la gente" y quiere poner a la Iglesia en estado de misión permanente pero "sin ruptura, sin negar la doctrina ni la continuidad apostólica".

Por otra parte, con respecto a la inmigración, Gil Tamayo ha pedido no focalizar el problema en los sucesos de frontera sino elevar la mirada para actuar en los países de origen y evitar ese "masivo éxodo". También ha solicitado a la UE que intervenga para facilitar la vida a todas esas "personas laceradas por el atropello de los derechos humanos".